liga de Campeones

Griezmann mantiene la fe (2-0)

  • Los colchoneros aún lo tienen complicado: deben ganar al Chelsea en la última jornada y que la Roma tropiece en casa ante un Qarabag ya eliminado.

Griezmann celebra uno de los goles.

Griezmann celebra uno de los goles. / EFE

Un golazo de Antoine Griezmann, con un remate formidable de media chilena, sostuvo la fe del Atlético de Madrid en la Liga de Campeones con un triunfo esencial contra el Roma, completado por Kevin Gameiro (2-0), para seguir vivo en la pelea por los octavos, pero todavía sin depender de sí mismo.

Aún necesita una combinación de resultados, que pasan por su victoria en la última jornada frente al Chelsea en Stamford Bridge y al menos un empate del Qarabag en el estadio Olímpico de Roma, para avanzar a la siguiente ronda del máximo torneo europeo. Aún difícil, pero no imposible. Mientras tanto, ya ha asegurado la Liga Europa.

Una última ocasión para la ambición del Atlético, que hoy ni esperó ni dudó cuál era el camino. Después de tres empates y una derrota en cuatro jornadas, al borde de la eliminación, sólo valía la victoria. No había términos medios, menos aún con lo que había sucedido unas horas antes en Baku: el 0-4 del Chelsea al Qarabag.

Jugó con esa vocación el conjunto rojiblanco, aún con sus déficit de precisión, aún con su inseguridad en determinados momentos, aún sin el desborde que ha demostrado muchas veces, pero sí con presión, con intensidad, con despliegue físico, con inconformismo y con verticalidad, dispuesto a mantener la esperanza en la Champions.

Y la única fórmula era ganar al Roma, que le creó los mismos problemas que se provocó él mismo, cuando el Atlético cometió errores en su salida de balón, unos cuantos al principio, un par de Thomas, inesperado lateral derecho entre las lesiones de Juanfran, de última hora, y Vrsaljko; otro de Lucas, uno más de Augusto...

También cuando el conjunto italiano logró eludir la presión del equipo rojiblanco, pero ninguna con una llegada clara al área de Jan Oblak en todo el primer tiempo, sin ninguna exigencia porque no hubo ni un solo remate del Roma sobre su portería. Alguno amago más hubo del Atlético: un cabezazo de Koke, un par de tiros de Carrasco, otro de un activo Griezmann y un gol anulado a Augusto en el minuto 41.

Todo dentro de un duelo competido, peleado, en el que el Atlético se exponía más -al Roma le bastaba con un punto para cubrir el tránsito hacia los octavos de final-, pero aún rebuscaba un caudal de ocasiones que pusiera en aprietos reales al brasileño Allison, estrella en el 0-0 del Olímpico y sin estiradas hasta el descanso.

Necesitaba conectar con más soltura en los últimos metros, el lugar donde se ganan los partidos y donde se estrellaba este miércoles la insistencia del Atlético, al que entonces le sobró un regate, le faltó un pase o las dos cosas para hacer daño a su adversario, cumplidor sin más, beneficiado por el paso del tiempo.

Ya por el minuto 57, cuando el argentino Diego Simeone incluyó una pieza más de ataque, Correa por Augusto, para tensar más el partido, que ya sí parecía del Atlético, a la vez más expuesto en defensa y con el susto que provocó Nainggolan con un centro chut, aparentemente intencionado, contra el poste, a la hora del duelo.

Pero también, aún a ráfagas, con la recuperación de la pelota más arriba, con todo lo que eso supone para él y para su rival, mientras el Atlético se vaciaba rumbo al ataque, al gol y a la victoria, suya con un golazo de Antoine Griezmann, con una increíble media chilena con la que culminó la mejor jugada del choque de los rojiblancos.

Porque partió desde la defensa de Lucas Hernández, porque llegó hasta Filipe Luis, porque conectó con Fernando Torres, que sorteó a la defensa contraria con un envío por arriba para el centro de Correa y por la definición espectacular de Griezmann. Punto y final a ocho partidos consecutivos sin marcar. Punto y final a los pitos.

Y un impulso para el Atlético, que completó la victoria con el 2-0 de Kevin Gameiro, a pase también de su compatriota, y que mantiene la fe a falta de la última jornada, de la última oportunidad: ganar en Londres y esperar un tropiezo del Roma.

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