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Los errores de siempre

  • El Betis cae ante un mejor Celta, que suma 13 de los últimos 15 puntos y que se adelantó pronto gracias a un fallo visitante en la salida del balón

Maxi Gómez remata de cabeza en el segundo gol del Celta.

Maxi Gómez remata de cabeza en el segundo gol del Celta. / salvador sas / efe

El Celta alargó su buena racha tras vencer por 3-2 al Betis en un partido entre candidatos a Europa que desniveló Iago Aspas con dos goles, uno en el arranque del encuentro y otro en la recta final, y en el que el mexicano Guardado puso algo de emoción en los últimos instantes recortando distancias desde el punto de penalti en el tiempo de prolongación.

El Celta demostró tener bien estudiado al Betis. Buscó, con éxito, ahogarlo en la salida de balón y no dejar respirar a sus futbolistas de creación. Presionó con agresividad, agrupó las líneas al máximo y no dudó en jugar en largo, siempre buscando al uruguayo Maxi Gómez, cuando se sintió amenazado en defensa.

De esa asfixiante presión obtuvo la recompensa del gol en el minuto 11. Adán, en lugar de abrir a las bandas, conectó por el centro con Javi García, al que el serbio Radoja presionó al borde del área lo suficiente para que le entraran las dudas y el balón llegara al delantero gallego, que no desaprovechó el regalo para superar, con un sutil remate con la zurda, al meta verdiblanco.

Fue un castigo excesivo para un Betis que había salido a explotar la profundidad de sus dos laterales, especialmente de Barragán por la banda derecha. El mexicano había rozado el gol antes del minuto diez en dos ocasiones: en la primera su remate se le fue alto; en la segunda, tras un centro precisamente de Barragán, su remate tocó en Sergi Gómez y se fue a córner.

Con el 1-0, al Celta no le importó darle el balón a su rival. El equipo de Unzué ha aprendido a sufrir replegado para intentar matar a sus rivales con sus rápidas transiciones. No lo consiguió frente al Betis antes del descanso pero tampoco sufrió.

Y tras el paso por los vestuarios destrozó a los verdiblancos con 15 minutos de un gran fútbol, en los que Maxi Gómez dispuso de tres claras oportunidades: en las dos primeras se encontró con un inspirado Adán; en la tercera el portero ya no pudo hacer nada ante el potente cabezazo del delantero uruguayo,

Ese gol reactivó al Celta, dinámico, lanzado a por el tercero. El Betis había desaparecido del partido. Pero a falta de 20 minutos se encontró con un tanto de Sergio León, que aprovechó un gran pase de Durmisi, que le hizo soñar con puntuar en Balaídos. Se lanzó y otro error lo penalizó, tras una rápida transición, en la que intervinieron Iago Aspas, Maxi y Brais, finalizada por el internacional español.

Parecía sentenciado el choque pero un penalti en el primer minuto del tiempo añadido, transformado por Guardado, empujó al Betis a volcarse en busca de un empate que no llegó.

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