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Un estratega que llega y besa el santo

De Joan Mir, nacido en 1977 en Palma de Mallorca, podría decirse que ha sido campeón mundial a las primeras de cambio y un gran estratega durante toda la temporada. Ha sido llegar y besar el santo porque Mir inició tarde en el motociclismo: comenzó a disputar el Mundial en 2016 y en 2017 tiene ya su primer título.

Y un gran estratega por la inteligencia que ha demostrado en el desarrollo y desenlace de las carreras, aprovechando el mejor instante para atacar a sus rivales y siempre con una gran eficacia en la consecución de sus metas, aunque esta habilidad quedase algo empañada por los problemas que lo acuciaron en Japón y que no supo gestionar.

El flamante campeón del mundo de Moto3 comenzó a competir con 10 años y entre las temporadas 2009 y 2011 se proclamó campeón balear en distintas categorías de minimotos.

En 2015 llevó a cabo la gesta de salir último en Le Mans (Francia) para colocarse primero en apenas unas vueltas, aunque una caída le impidió completar la remontada. Lo que sí hizo fue mostrar a el potencial que acuñaba y que ahora lo ha llevado a proclamarse campeón del mundo.

La temporada 2016 fue su primera "incursión" al completo en el campeonato del mundo de Moto3, al manillar de una KTM, con la que terminó quinto y logró el título de mejor debutante del año, además de su primera victoria en un gran premio, en Austria.

Ya en la campaña actual, con Honda, Mir ha arrasado. Ha sido el único piloto en curso que, hasta Japón, había puntuado en todas las carrera. Un gran campeón.

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