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La exigencia hace tambalear al Sevilla

La exigencia hace tambalear  al Sevilla

La exigencia hace tambalear al Sevilla

El Sevilla, instalado desde hace más de una década en un primer nivel de fútbol nacional y europeo, con nueve títulos logrados en 12 años, parece tambalearse en su proyecto de mantener ese alto grado de exigencia tras la decepcionante derrota en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona.

El club andaluz, en este tiempo pentacampeón de la Liga Europa, dos veces de la Copa del Rey -en cuatro finales-, una de la Supercopa de España y otra de la Supercopa de Europa, vio cómo en la noche del sábado los aficionados sevillistas criticaron con dureza a sus jugadores y solicitaron la dimisión del presidente, José Castro, más que por la goleada encajada ante un poderoso rival por la pobre imagen que dio el equipo.

Parece paradójico que una formación que esta temporada se clasificara otra vez para una final de Copa y llegara tras 60 años por segunda vez en su historia vez a los cuartos de la máxima competición continental haya despertado tanta incertidumbre.

Ello se debe, en gran medida, a su caminar mediocre en la Liga. También, a que hace ya varias jornadas renunció a luchar por estar entre los cuatro primeros y volver el próximo curso a la Champions.

Además, el Sevilla no tiene asegurado que el próximo ejercicio pueda jugar la Liga Europa, pues la primera vía, ser campeón de Copa, se le escapó en el Wanda Metropolitano. La otra, quedar como mínimo séptimo en la Liga, le exige pelear en las cinco jornadas que restan.

La temporada empezó a torcerse cuando en diciembre el consejo de administración destituyó al técnico Eduardo Berizzo al considerar que el equipo no daba las prestaciones que se esperaban.

La llegada de Vincenzo Montella al banquillo no mejoró el juego, plagado de indecisiones en la defensa, incluida la portería, y con una manifiesta falta de pegada. Los refuerzos que se hicieron en el mercado invernal no han tenido el protagonismo esperado, entre otras porque el técnico ha contado poco con ellos. Sólo el estar vivo en la Copa y en la Champions tapaba las carencias.

También se ha cuestionado mucho la labor del nuevo director deportivo del club, Óscar Arias, quien tomó la difícil labor de sustituir a Monchi, a quien se otorga el principal protagonismo del crecimiento del equipo en las últimas temporadas.

Sólo queda esperar a la reacción que pueda tener el equipo en las cinco jornadas de Liga que faltan. Y antes, a las decisiones que tome la directiva, diana de no pocas críticas.

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