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Algo falla, aparecen las dudas

  • Los de Pin pierden fuelle cuando hay poco margen para los errores

La situación ya no es tan idílica como la que se vivía al final de la primera vuelta de la LEB Plata y, sobre todo, tras la disputa de la Copa de la categoría. Por aquel entonces, el Covirán Granada parecía, a pesar de algún revés inesperado en algún marcador final, un conjunto sólido. El equipo que Pablo Pin se hacía respetar en la categoría y apuntaba maneras de campeón y máximo aspirante a cruzar primero la línea de meta para subir al cajón más alto del podio a la par que a la LEB Oro, que a pesar de su rimbombante nombre es la segunda categoría del baloncesto nacional.

la realidad

Con la consecución de la Copa fue como si el equipo cruzara un puerto de montaña y, desde entonces ha ido perdiendo fuelle, hacia abajo. No es una situación excesivamente grave porque el equipo se codea con los de arriba, pero tras el batacazo del sábado en el Palacio se ha perdido contacto con la primera plaza, la única que otorga el ascenso directo. Lo peor no es la derrota en sí. Además de la manera -fue un repaso en toda regla-, están las consecuencias de cara a lo que se avecina.

incertidumbre

Algo no marcha en el equipo. Queda poca competición y hay que diagnosticar por donde el equipo hace agua en determinados partidos, tal como se vio en enfrentamiento ante el Morón. Aunque el Covirán ha demostrado que puede ganar a cualquiera, también ha quedado patente que cualquiera puede ganarle. Este hecho es el que genera más dudas de cara al tramo final de la competición. No está perdida la primera plaza, pero sí se ha puesto complicada. Si hay play off, a pesar de tener el factor cancha, el equipo no ofrece, a día de hoy la seguridad necesaria.

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