Fútbol

Bajo la guía de Zeus (1-0)

  • Un Granada imperial en el derroche físico y defensivo logra minimizar el poderío futbolístico del Barcelona Brahimi, con un golazo, y los paradones de Karnezis, iconos del triunfo

La mitología griega tiene multitud de leyendas, dioses y totems. Uno de ellos es futbolista. Se pone bajo una portería y, aunque se le llama arquero, ayer no sacó su fuerza con el arco y las flechas, sino que se dedicó a repelerlas. Orestis Karnezis, internacional heleno que quiere jugar el Mundial pero que mora bajo la sombra de Roberto, entró en los anales de la historia del Granada Club de Fútbol. Fue quien cerró a un equipo que cuajó un partido de ensueño contra todo un ejército de poderosos jugadores, inflados a millones de euros y dotados de calidad hasta la extenuación. 'Zeus' Alcaraz dispuso a tropas de tal forma que resistieron una y otra vez los embates del FC Barcelona. Los 300 de Esparta, que tan famosos ha hecho el cine, vistieron ayer de rojiblanco. 

No se produjeron sorpresas en el once del Granada. Foulquier por la defensa izquierda en lugar de Brayan Angulo, Recio por Fatau tras cumplir con su cláusula del miedo contra el Málaga, y Piti por el lesionado Riki. Lo que se barruntaba, pero no dependía de Lucas, era el problema de la portería. Roberto estaba tocado y el viernes se hizo daño del todo. La prueba anterior al partido le mandó al banquillo como bombero por si Karnezis, quien no jugaba desde el 4 de enero en Almería, tenía algún percance. Nada raro teniendo en cuenta su inactividad. Que el cambio fue decisivo no lo sabía nadie. Sólo el padre de los dioses, que ayer le dotó de divinidad casillesca.

 

El Barcelona del Tata fue lógico. Con Song y Mascherano sobre el césped, pero con Busquets como acompañante del 'jefecito' en el centro de la defensa, Montoya por Alves en el lateral derecho,  dejando en el campo a Neymar en vez de Alexis, y dándole descanso a Xavi.

 

En efecto, el Granada salió sabiendo cómo defender al Barcelona. La presión no fue tan alta como de costumbre. El equipo se quedaba muy cerca del área. Ese era el problema, y aunque hubiera poco espacio para que el Barça buscara las espaldas de Foulquier y Nyom, Neymar y Pedro crearon situaciones de relativo peligro en los instantes iniciales. Después de sendos saques de esquina infructuosos para los dos equipos, la primera ocasión clara fue un cabezazo de Montoya a centro de Neymar que blocó sin dificultades Karnezis (11').

 

Uno de los eslabones, teóricamente más débiles del Barcelona era el camerunés Alex Song. Su participación se esperaba de central, pero el Tata le colocó por delante la defensa. En una de sus subidas con el balón, se aturulló. No vio opciones de pase y Piti recuperó el balón con la ayuda de otros dos compañeros. Lo dicho, las ayudas. El de Reus se la dio a Fran Rico, que clarividente en el pase, leyó el desmarque de Brahimi. El argelino aguantó el cuerpeo de Martín Montoya para clavarla en el fondo de una redes fatalmente defendidas por Pinto, quien dejó muy desprotegido el primer palo. Golazo y a soñar. Total, sólo quedaba hora y pico de partido (1-0, 15').

 

El resto del partido se resumen en una imagen: en el 24', todo el Barça tocando en el campo del Granada y todos los rojiblancos en su parcela. Un testarazo de Neymar, muy parecido al anterior de Montoya, fue la caricia del empate dos minutos antes. A esas alturas, el equipo local ya era una línea de cuatro defensas y cinco medios defensivos que, hasta el final del partido, se vaciaron para cercenar las líneas de pase que siempre ven los jugadores barcelonistas. Como consecuencia, en muchos momentos terminaban por colgar balones al área, lo que unido al escaso peligro que crean en el juego aéreo era un premio para el Granada. Aún así, cada equis minutos el Barça tenía alguna oportunidad. En el 28' Pedro se equivocó en un centro pero a Messi le llegó el esférico, pero su remate se estrelló en el muro rojiblanco. Neymar, un minuto después, tiró de recursos con un derechazo seco brutal que despejó de puños Karnezis. Primer paradón de la noche.

 

La segunda parte iba a ser la de la tortícolis. Todas las tribunas girando el cuello hacia el marcador para ver lo que iba faltando para el final. Era el momento para la madurez del equipo, que sabía que le quedaba casi una hora de encuentro de sufrir, correr y ayudar. Y tener mucho ojo en las pérdidas a la hora de salir. Cualquiera podía generar desequilibrios e indisciplinas defensivas. En estas es experto Messi. Apareció en el partido 55 minutos después de su comienzo y se notó. El Barça metió una marcha más. En la primera que estuvo acertado metió un centro sin rematador terrorífico. Karnezis volvió a tapar un tiro desde la frontal de Fàbregas y Neymar lanzó fuera por poquísimo. La respuesta fue una contra que chafó Montoya con la punta de la bota con Brahimi solo. Media hora aún.

 

Karnezis de nuevo a escena. Faltón sacado por Messi y estirada brutal del heleno para sacar a córner. En este, de nuevo paró a bocajarro un remate de Busquets en el área chica. Todavía era el 63' y Alcaraz se la jugó retirando a Brahimi para hacer debutar en Liga al chileno Christian Bravo. Vaya estreno.

 

El Barcelona pudo empatar en varias ocasiones, pero el Granada también sentenciar. De lado azulgrana, un remate acrobático de Neymar tuvo marchamo de gol pero se fue alto (75'). El planteamiento defensivo local incomodaba los ataques de los del Tata, lo que no exceptuaba que Tiago Ilori sacara bajo palos un remate de Messi que había superado a Karnezis y que Iniesta lanzara lamiendo el poste  (80'). Y fue lo más claro que tuvieron hasta el final. Un desfondado El Arabi pudo matarlo pero Pinto le sacó dos remates (88').

 

Con su pizquita de suerte también, pero finalmente triunfadores. 1-0 contra nada menos que el Barça y tres puntos que acercan muchísimo la permanencia en Primera. Si la frontera son los 40 puntos, ya sólo quedan tres. Bendito el día. La leyenda del matagigantes sigue viva.


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