atletismo xi memorial padre marcelinoclasificación absoluta masculina y femenina

El trono 'marcelino' es de Pablo Sánchez y Lourdes González

  • El atleta del Unicaja Atletismo y la del AD Marathon se coronan en la última edición de la emblemática prueba agustina, que recorre parte del casco histórico de la capital cada abril

La corona del XI Memorial Padre Marcelino ya tiene amo. Pablo Sánchez, en categoría absoluta masculina, y Lourdes González, en la femenina, fueron los que se ganaron el derecho ayer a ocupar durante el año próximo el trono marcelino, el de una de las carreras populares con más arraigo de Granada. Fueron ambos los que se llevaron el triunfo en la última edición de la prueba organizada al alimón por el Club Deportivo Agustinos y por la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento capitalino. No hubo récord para ninguno de los dos -las marcas más rápidas de la historia de la competición de 29:50 para hombres y de 34:14 para mujeres siguen vigentes-, pero el ritmo que impusieron muy poco tiene que envidiar a tales tiempos.

Sánchez, del Club Unicaja Atletismo, finiquitó los exactamente 10 kilómetros del recorrido estipulado en unos estrictos 32 minutos. Y lo hizo después de encabezar la carrera durante la mayor parte del itinerario; primero junto a un grupo de otros cuatro corredores -que le aguantaron el compás hasta, aproximadamente, los primeros 7.000 metros- y, ya en la recta final, junto a los otros dos integrantes del pódium. El esfuerzo postrero del dorsal 1.198 a falta de 1,5 kilómetros para cruzar la meta sita en la calle Recoletos le permitió distanciar unos metros al 1.936, el que portó Faisal Britit. Longitud que fue, a la postre, clave para que el del Club Cueva de Nerja sólo pudiese optar a la plata. Tercero concluyó Manuel Santiago, del CD Olimpo, que continúa su preparación de cara a las pruebas de larga distancia, las que son su auténtica especialidad. Los cronos de 32:07 y 32:10 de estos dos últimos, empero, demuestran lo igualada que estuvo la pelea por la victoria, sólo desnivelada por un lapso de 10 segundos entre la terna del cuadro de honor.

3.800Runners. Fueron los que corrieron en total entre todas las categorías y pruebas, aproximadamente.Fue la primera vez que la salida desde Arabial se organizó por 'cajones' según el nivel

Lourdes González, al igual que el vencedor masculino, también controló y dominó el tempo de la prueba. Lo hizo, es más, de cabo a rabo, con más poderío que Pablo Sánchez. Se colocó como líder al poco del inicio y no abandonó esa honrosa plaza hasta el final -al paso por el ecuador de la carrera ya viajaba casi en solitario-. La corredora del AD Marathon marcó un tiempo de 36:55, muy por delante de Esther Hidalgo -del Club Nerja Atletismo-, que fue segunda gracias a sus 38 minutos. El cajón lo completó una figura del Club Cueva de Nerja, Irene Díaz, que se colgó el bronce tras pisar la moqueta azul final y cruzar la línea de llegada 18 segundos después que Hidalgo.

El éxito de la cita ya tradicional en los meses de abril granadinos es innegable. Los datos lo reflejan. En la undécima marcelina se calzaron las zapatillas aproximadamente 3.800 runners, entre todas las categorías. No en vano, el cariño con el que preparan cada edición los integrantes del Colegio Santo Tomás de Villanueva tiene su recompensa en la multitud de participantes que abarrotan los alrededores de las instalaciones agustinas con su dorsal sobre el pecho, con una sonrisa como indumentaria y con muchas ganas. Por bandera, el nombre de uno de los maestros más representativos, el del Padre Marcelino Álvarez, que veía en el deporte un filón para educar en los valores de la vida. El llamativo evento, asimismo, tampoco olvida el matiz asistencial de una orden, la de los Agustinos, que tiene en la solidaridad hacia los demás uno de sus pilares. Por ello, los beneficios de la carrera van a parar a la ONG Haren Alde, que propugna la alfabetitación en países, especialmente, de América Latina.

Las vías del centro de Granada se llenaron de deportistas. Gran Capitán, San Juan de Dios, Constitución, Arabial... Todos esos rincones se convirtieron en calles de tartán improvisadas que deleitaron a los cerca de 4.000 atletas. Además, fue la primera vez que se organizó la salida por 'cajones', en ajuste a los niveles de los diferentes atletas. Igualmente, unos grandes globos rojos hicieron de 'liebres' para los más amateurs que desearon llevar controlado su ritmo de carrera y terminar la cita con una determinada marca. Este año, la capital se llenó de verde pistacho, el de las camisetas de los marcelinos que se atrevieron a enfrentarse a una mañana de sufrimiento, pero también de alegría, de deportividad y de compañerismo.

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