No hubo tercera. Abel repitió en Villarreal la alineación del anterior partido contra el Elche, pero ayer decidió volver a dar una vuelta de tuerca más al asunto en busca del once perfecto introduciendo dos cambios respecto a los que jugaron en El Madrigal. Robert, apagado contra los amarillos, dejó su sitio a Candeias, mientras que Colunga se puso el traje de 'nueve' en la desesperada búsqueda de los rojiblancos por encontrar al punta que les sirva mandando a Jhon Córdoba al banquillo.

el cásting del nueve

Colunga fue uno de los protagonistas de la primera parte. En el cásting que persigue al delantero centro ideal mostró más movilidad y cayó más a las bandas que Jhon Córdoba y El Arabi, aunque la preocupante falta de precisión mostrada por los jugadores locales en el primer tiempo le perjudicó. Cayó bien a las bandas, sobre todo a la izquierda para asociarse con Candeias, mas en el área apenas tuvo ocasiones para demostrar el oportunismo que se le presupone.

campo y presión

La presión a todo campo ejercida por el Athletic hizo mucho daño al habitual juego fluido que desarrollan los granadinos desde que llegó Abel. Rubén Pérez se incrustó mucho entre los centrales Mainz y Babin, que eran casi los únicos a los que los bilbaínos no encimaban siempre. Esa presión visitante no fue bien superada por el equipo debido, entre otras cosas, a la lentitud a la hora de circular la pelota, a la poca movilidad de los hombres de arriba y al pésimo estado del terreno de juego. Lejos de mejorar, la sensación es que cada vez está peor. Todos los técnicos visitantes que pasan por la sala de prensa de Los Cármenes lo citan, Abel también se quejó del 'verde' ayer. Y cuando el Granada lograba llegar a tres cuartas partes del campo con el balón controlado, con opción de crear peligro, la capacidad de decisión, sobre todo por parte de Lass, y de ejecución no fue la correcta.

con uno menos

Los derroteros del choque no variaron en el segundo tiempo, aunque como es lógico la intensidad y la eficacia de la presión del Athletic fue menguando a medida que pasaban los minutos y que crecía la fatiga en los vascos. El encuentro tuvo su punto de inflexión en la expulsión de Insúa y en la posterior lesión de Piti. Evidentemente, no es lo mismo jugar once contra once que once contra nueve y medio. Tampoco es normal que pese al uno y medio de inferioridad de los rojiblancos fueses estos los que rozaran y merecieran el triunfo.

los cambios

Abel reconstruyó el equipo dando toda la banda izquierda a Foulquier, más aún estando por delante el renqueante Piti, metió oxígeno, desborde y clase en la derecha por Foulquier y puso pelea, garra y oportunismo con Jhon Córdoba arriba. Ante la fatiga y la pérdida de rumbo de este Athletic, los medios rojiblancos, Fran Rico y Rubén Pérez, hicieron lo mismo que en Villarreal, convertirse en los dueños del partido pese a la inferioridad. Y el Granada no ganó porque la suerte y la puntería, un día más, le dieron la espalda.