Villarreal-Granada CF

Hay mimbres (2-0)

  • El Granada merece más en El Madrigal y demuestra que tiene equipo para lograr la permanencia.

El Granada que se vio ayer en El Madrigal no puede bajar. A pesar de la derrota, que se puede calificar de injusta, demostró que tiene mimbres para luchar con garantías por permanecer en Primera al final de la presente campaña. Ayer cayó en el campo de uno de los equipos que mejor fútbol hace esta temporada en un choque en el que el empate hubiera hecho justicia. El segundo tanto del Villarreal fue en el descuento, cuando los rojiblancos estaban volcados en pos de la igualada y después de haber desaprovechado un par de ocasiones claras para haberlo conseguido. El partido no tuvo premio, pero sí dejó buenas sensaciones, de ésas que hacen pensar que sí se puede.

Y es que Caparrós se llevó consigo la timidez y racanería que tenía el equipo hace unas semanas. Ayer, el Granada no se escondió en ningún momento, salió valiente y durante mucho tiempo no sólo tuteó, sino que en la segunda mitad jugó mejor que un Villarreal que, a pesar de tener a algunas de sus figuras sentadas en el banquillo, no deja de ser un equipazo.

Dicho y hecho. Abel había avisado en la previa que probablemente saldría con el mismo equipo que saltó al campo en el choque ante el Elche. Por primera vez esta temporada el Granada repitió un once inicial. En cambio, Marcelino optó por realizar varios cambios pensando en el partido de Copa de la próxima semana ante el Barcelona. Bien es cierto que el fondo de armario de los amarillos es envidiable.

Le faltó tiempo al cuadro local para intentar coger la iniciativa. Y suya fue la primera gran ocasión del partido. Sólo un minuto y medio había transcurrido cuando Uche aprovechó un inoportuno resbalón de Mainz para chutar con fuerza desde el borde del área. El balón rozó el poste izquierdo de la portería de Oier.

Pasado el susto, el Granada se asentó sobre el césped y optó por jugar el balón y adelantar líneas cuando el rival le permitía. Y protagonizó varias triangulaciones en varias situaciones del campo impensables hace unas semanas.

No tardaron los rojiblancos en buscar la portería contraria. Fue en una jugada de Lass por su banda que culminó el propio jugador con un disparo que se fue muy alto (11'). En esos instantes, los visitantes habían dado un paso adelante, aunque conscientes de que el conjunto de Marcelino puede crear peligro en cualquier momento. Como en el 13', en una gran jugada colectiva que desbarató un omnipresente Insúa.

Sobrepasado el primer cuarto de hora, el Granada tuteaba a su anfitrión. El partido estaba bonito. Y como botón una muestra. Sobre el 20', los de Abel protagonizaron una gran jugada de contragolpe que acabó con un mal pase de la muerte. Entonces fue el Villarreal que el que llevó a cabo un contraataque que acabó con un disparo cruzado de Gerard Moreno al que respondió Oier con una mano milagrosa para enviar el balón a córner.

Los granadinistas siguieron jugando sin ningún complejo. En ningún momento dejaron de mirar a Asenjo y sus dominios, pero el Villarreal dejaba ver que la calidad que atesora es mucho mayor que la de sus invitados. Y así se puso de manifiesto justo antes de la media hora. Bruno sacó una falta con picardía hacia Gerard Moreno que, desde la línea de fondo, la puso en el primer palo donde entre Musacchio y Mainz llevaron el balón al fondo de la portería.

A partir del tanto, la tremenda intensidad que hubo hasta entonces bajó unos cuantos grados. El Granada no le perdió la cara al partido, pero se quedó un poco tocado tras el varapalo sufrido, quizá inmerecidamente. Los amarillos dieron un pasito atrás para luego intentar utilizar una de sus grandes armas: el contragolpe. Así se acercaron con peligro varias veces a las inmediaciones de Oier que, siempre atento, evitó que la cosa fuera a peor.

En la reanudación, Abel dejó sentado a Rober, que apenas se había dejado ver en los primeros 45 minutos, y dio entrada al portugués Candeias. Los visitantes retornaron al campo con más ganas que acierto ante un Villarreal que volvió a tener en sus botas la primera ocasión del segundo periodo. Trigueros recibió desde la izquierda y, desde un poco más atrás del punto de penalti, hizo que Oier se luciera (53').

Aun así, el partido se trastabilló, a la espera de jugadas puntuales que pudieran alterar el signo del encuentro. Como la que se produjo en 63' en el área de la escuadra castellonense. Córdoba le puso el balón de dulce a Lass para que rematara según le venía, pero el guineano estuvo lento,  optó por controlar el balón y dio tiempo a que le arrebataran el esférico. Poco después hubo una jugada discutida en el área visitante en la que cayó Córdoba ante la presión de Masucchio. El árbitro, como ocurrió antes en otra similar con Candeias, no vio nada. Siguió el Granada a lo suyo, empujando en búsqueda del empate. Quizá, si Córdoba hubiera estado más rápido en las cercanías del punto de penalti... (67').

Aunque siempre con la amenaza de verse sorprendido a la contra, el Granada se fue decididamente a por el empate. Presionó al rival en la salida del balón y, según avanzaron los minutos, se instaló en el campo de los amarillos. Así llegaron las mejores ocasiones. A los rojiblancos les faltó un poco de suerte en un remate de Fran Rico dentro de una pobladísima área local. El balón tocó en Musacchio y Asenjo se lo encontró casi sin querer (82'). Y un minuto después, Piti lo intentó desde el vértice del área con un gran disparo al que respondió el meta local con una gran parada. El rechace lo envió Córdoba al poste, pero el auxiliar había decretado un fuera de juego que no era.

Los últimos minutos fue un querer y no poder. La ambición de los rojiblancos no se reflejó en el marcador. Todo lo contrario. En la última jugada del partido el Villarreal marcó el segundo. Ahora, a pensar en el Athletic.

 

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