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La obligación puede con la ilusión

  • El filial, que reclamó penalti en la última jugada, da la cara pero pierde de forma injusta en un duelo en el que mandó más ante un cuadro pimentonero que marcó sus dos goles a balón parado, el definitivo en el minuto 94

El Real Murcia se llevó la victoria de la ciudad deportiva ante un Granada B que, pese a la derrota, firmó una buena actuación. Un gol de Molo en la penúltima acción del partido dio a los pimentoneros un triunfo que les va a permitir mantenerse al final de la jornada en zona de eliminatorias de ascenso. Los rojiblancos, que sin duda no merecieron perder, reclamaron justo tras el 1-2 un posible penalti de Biel Rivas sobre Pablo González. El hecho de no puntuar ayer y de acumular varias jornadas sin ganar aleja al filial de los primeros de la clasificación, lo que no oscurece una campaña destacada.

En una tarde de perros, con una lluvia intensa y continua y un frío impropio de los días previos de la primavera, se midieron la obligación por estar arriba y por subir de los murcianos frente a la ilusión de un cuadro rojiblanco que se empeña en no perder el tren de los mejores, pese a que sus objetivos son otros.

La meteorología y la gran presencia de aficionados visitantes jugaron en contra del 'B'

Dos factores se alinearon de inicio en contra del plantel que dirige Pedro Morilla, el terreno de juego y la grada. El césped de la ciudad deportiva aguantó bastante bien para la gran cantidad de agua que cayó, aunque era inevitable que su estado empeorara con el paso de los minutos. Esto favoreció a un Murcia con un juego mucho más directo y vertical que el del filial, que a veces da pelotazos pero que habitualmente apuesta por el juego en corto y la posesión como fórmula para atacar.

Pese al llamamiento a la afición rojiblanca durante la semana, la más que desapacible tarde invitaba a cualquier cosa menos a acudir a un partido de fútbol con el graderío al descubierto. La afición del Real Murcia está viviendo lo que pasó la nazarí hace unos años. Una travesía dura y dolorosa por Segunda B, con visitas a filiales de conjuntos con los que en otras épocas se medía. Pero una afición así, como pasó en su día con la del Granada, no deja nunca solo a su equipo, por lo que cientos de aficionados pimentoneros tomaron la instalación de Almanjáyar.

Pese al césped y a jugar casi como visitante, el Granada B no se amilanó en ningún momento. Trató a un gallito como el Murcia más que de tú a tú, le dominó en la mayoría de fases del choque y mereció más. Le faltó pólvora arriba y no recibir dos goles a balón parado.

Reforzaron los visitantes su medular pero pocas veces impidieron que el filial llevase la manija. Los tres centrales rojiblancos secaron a Chrisantus, mientras que los dos carrileros percutieron bastante por los costados. Pablo González, y su enorme despliegue, comandó las operaciones atacantes, aunque el Granada B no creó muchas ocasiones porque el Murcia atrás es mucho Murcia.

El ex del Granada Charlie Dean y Mateos fueron dos gigantes ante los puntas locales. El pase a la medular y la posterior lesión del segundo permitió al filial crear más peligro, aunque, casualidades del fútbol, fue Molo, el central que había fallado en el tanto del empate de Juancho, el autor del tanto final que posibilitó el triunfo murciano.

El Granada B mandó con firmeza al principio, con intentos de David Grande, Pablo González y Juancho en el primer cuarto de hora. El Murcia espabiló con el paso de los minutos, sobre todo cuando Jordán empezó a aparecer. Santi Jara hizo trabajar por primera vez a Aarón y, después, Chrisantus no tuvo puntería con su testa.

Hubo muy poco peligro real en las áreas antes del descanso. El Murcia era incapaz, el Granada llegaba bien a las zonas delicadas pero nunca fue bueno su último pase, ni desde banda ni entre líneas. Por eso ni tiró entre los tres palos en el primer tiempo y sólo sacó un córner, justo antes de marcharse a vestuarios. Con lo rapidísimo que estaba el césped, no hubiera sido mala idea buscar chuts casi desde cualquier situación.

La tónica fue similar en la reanudación, pero tras una ocasión de Juancho llegó el 0-1 (53'). Mateos no sólo lucía atrás sino que sacó del atolladero a los suyos con un derechazo en una falta lateral que entró por todo la escuadra.

Se ponía el choque de dulce para los murcianos pero el Granada B no había dicho su última palabra. Morilla refrescó las bandas con Jean Carlos y Víctor Morillo, aunque el encargado de empatar fue Juancho. Falló Molo en la salida de balón, voló el colombiano hacia la meta rival y superó a Biel Rivas en el mano a mano (64').

Como durante casi todo el choque, fue el Granada B el que se fue a por el triunfo con más ahínco tras las tablas. La tuvo de nuevo Juancho, y sobre todo, la tuvo Pablo González con un balón que le cayó a los pies en el área chica pero que no pudo rematar.

Pasaban los minutos y el duelo estaba para tablas. La fortaleza física del Murcia y el empuje de los suyos llevó a los de Salmerón hacia arriba en el último cuarto de hora. Aarón sólo tuvo que intervenir con una buena mano ante Juanma, pero no pudo evitar el 1-2 cuando el empate era lo más justo y parecía inevitable.

Pitó el árbitro una falta que Jean Carlos protestó mucho porque decía que no tocó a Fornies, el esférico fue al corazón del área y allí, tras varios rechaces, Molo desató la euforia pimentonera en la grada.

Se cumplían justo los cuatro de añadido que había dado el colegiado. Sacó el Granada B y Pablo González se plantó ante Biel Rivas, que tocó el balón pero también al jugador. El línea pareció pitar penalti, mas el trencilla lo que señaló fue el final. La obligación pudo con la ilusión. Se fueron los puntos pero queda la imagen y los méritos de un buen Granada B ante un gallito.

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