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Ante la primera final

  • España debuta en la segunda fase frente a la sorprendente Macedonia del español Raúl González

  • Una derrota casi enterraría sus opciones

El francés Porte se dispone a lanzar ante el meta sueco Appelgren.

El francés Porte se dispone a lanzar ante el meta sueco Appelgren. / antonio bat / efe

La selección española afronta (20:30) ante Macedonia la primera de la tres finales, como las calificó el técnico Jordi Ribera, que debe ganar en la segunda fase para poder acceder a la semifinales del Europeo, el objetivo que se fijó antes de partir a Croacia.

El combinado nacional afronta el vital choque con la duda del pivote Julen Aginagalde, que ya se perdió el último encuentro con Dinamarca a causa de una lumbalgia aguda y que no pudo entrenarse con normalidad en los últimos días. "Si fuese sólo un tema de dolor ya estaría jugando, pero es algo más complicado. Son unos problemas en el disco que me limitan los movimientos y aunque la evolución está siendo buena y cada día me encuentro mejor, todavía no sabemos hasta qué punto estaré bien para el partido", señaló el propio jugador.

Sin el pivote será más importante aún que los Hispanos eleven su nivel defensivo para disponer de más contragolpes, arma clave en el equipo y de la que careció por completo en la derrota ante Dinamarca (22-25). Y es que la selección, con la excepción del encuentro inicial ante la República Checa, en el que sólo encajó 15 goles, no ha sido capaz de dotar todavía a su defensa de la solidez que le permitió pelear por las medallas en anteriores campeonatos.

La búsqueda por parte Ribera de una nueva pareja de centrales que no le obligue a realizar dos cambios en la transición ataque-defensa, tal y como ocurre con la pareja que conforman Viran Morros y Gedeón Guardiola, no ha dado hasta el momento los frutos esperados. Este hecho ha reducido notablemente las recuperaciones de balón de España, combustible necesario para alimentar el veloz juego de contras de los Hispanos.

Esa solidez defensiva será puesta a prueba por Macedonia, que se ha convertido en una de las grandes sensaciones del torneo tras concluir la primera fase como líder de su grupo por delante de Alemania, vigente campeona continental, y Eslovenia, bronce en el último Mundial de Francia.

Si por algo destaca el conjunto balcánico hasta el momento es por la variedad y riqueza de recursos de la que ha dotado a su ataque la llegada al banquillo del técnico español Raúl González. El preparador encontró su prolongación en la pista en el lateral Kiril Lazarov, que con el paso de los años ha dejado de ser un simple cañonero para convertirse en un jugador capaz de firmar tantas asistencias como goles.

Especialmente cuando Macedonia, como ya hizo durante muchísimos minutos en su último encuentro con Alemania, decide apostar por actuar en ataque con siete jugadores, una fórmula que permite a Lazarov conectar con facilidad con los extremos y pivotes, entre los que destaca el fortísimo Stojance Stoilov. Pero los problemas del equipo español no se ceñirán exclusivamente a la defensa, ya que deberá mostrar igualmente en ataque su mejor versión.

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