Granada cf | betis b · la crónica

Un querer y no poder

  • En tromba El Granada CF no logró marcar en las cuatro claras ocasiones que tuvo en sus excelentes diez primeros minutos Control Poco a poco el Betis B se hizo dueño del centro del campo y del partido

Fue un querer y no poder. El Granada CF salió a comerse al Betis B, líder hasta ayer, y poco faltó para que acabara devorado por los jóvenes talentos de la cantera verdiblanca, que jugaron con descaro y desparpajo y dieron la mejor sensación que un equipo ha ofrecido hasta ahora en Los Cármenes en lo que va de temporada. Al partido, de calidad superior a lo que suele verse en esta categoría, sólo le faltó la salsa del gol, con un tiempo para cada contendiente y un empate final justo que pareció contentar a ambos.

No es una exageración escribir que el Granada salió a comerse al rival. Fueron diez minutos en tromba sobre el portal bético, en los que se desplegó un juego espectacular, con toques, entradas por banda, triangulaciones, pases medidos, llegadas con peligro... Un recital liderado por Jorge García y Ocaña, pareja de medios centros por los que apostó Cano de primeras para no realizar ningún cambio más en su once inicial sobre el que jugó en el Puerto de Santa María.

A los tres minutos ya debió llegar el gol. Un balón en largo por la izquierda para Vicente que, ante la salida de Adrián, le hizo una habilidosa vaselina que se colaba a gol, pero un inoportuno bote del esférico delante de la portería hizo que se fuera por encima del travesaño. Tres minutos después una defectuosa cesión de Zamora a su portero, permitió a Gorka Pintado llegar al límite y tocar lo suficiente para obligar a Adrián a lucirse. Chocaron ambos y la rodilla del vasco quedó renqueante, hasta el punto que tuvo que ser sustituido en la segunda mitad.

Siguió la ofensiva del Granada, que encerró a un Betis que se defendía como podía, y buscó una pronta resolución. Jorge García cedió a Pinto y éste, desde la frontal del área, disparó en busca de la escuadra izquierda de Adrián, quien hizo el paradón de la tarde (9') para enviar a córner. El filial no echó de menos a ninguno de sus dos porteros ausentes. La perfecta ejecución de ese saque de esquina de Ocaña propició un gran remate de Suárez de cabeza viniendo desde atrás que se marchó fuera por muy poco.

Tras esos diez apabullantes minutos, el Betis respiró. Empezó a alargar sus posesiones e hizo correr a los rojiblancos, que iban a todas en la presión. Pero la buena circulación de los verdiblancos empezó a desesperar a los granadinistas, que vieron cómo pasaban los minutos sin recuperar el control del juego.

El tempo lo marcaba sobre todo Rodri, el mejor del partido. Y ello pese a que Mena se vio obligado a retirar a Parra -con un golpe en la cabeza que le hizo perder la visión- para introducir en punta a Valverde, lo que varió las posiciones de Diego (a la derecha) y Cañamero (a la izquierda), pero no el sistema: 4-1-4-1. No obstante, ese control era inofensivo de cara a portería. El primer disparo visitante llegó por medio de Rodri, merced a un lanzamiento de golpe franco que Félix Campo abortó en dos tiempos (35').

Pudo cambiar el panorama del choque a los 38 minutos. Pinto centró desde la izquierda y el bombeado cabezazo de Vicente se fue al larguero. Pero el gol no llegó, el Betis durmió el partido y se dejó todo para la segunda mitad.

Dos claras ocasiones seguidas, una para cada equipo, alumbraron la reanudación. Pero los intencionados lanzamientos tanto de Zúñiga (49') como de Rodri (50') salieron desviados por muy poco.

Gorka Pintado pidió el cambio, entró Israel y el Granada perdió su principal referencia ofensiva. La ausencia del vasco hizo mella en los rojiblancos y el Betis se creció. Aumentó su posesión del esférico y buscó las bandas para asustar a los locales. Diego lo intentó, y Campo volvió a estar atento (54').

El Granada no encontraba el camino hacia el área en corto y, sin Pintado, los envíos largos eran todos para los defensores. Cano ordenó la entrada de Otiñano por Zúñiga para tratar de recuperar la superioridad en la parcela ancha, pero las circunstancias se desarrollaron en su contra. Tras ver Fran Machado la segunda amarilla (67'), el árbitro aplicó una equivocada ley de la compensación al expulsar de forma injusta a Otiñano (69') por una entrada a Valverde que sólo merecía amarilla. Bien es cierto que al joven jugador rojiblanco le faltó picardía e hizo una falta de forma aparatosa, pero no lo es menos decir que la roja fue excesiva.

Con diez cada equipo, el Betis siguió controlando, ante la voluntariosa presión local, e incluso se atrevió en alguna contra aislada, pero sin definición, como la conducida por Diego, cuyo centro fue rematado alto por Zamora (81').

En los últimos minutos los rojiblancos tiraron de casta e intentaron buscar el portal contrario, aunque con más corazón que cabeza. Israel remató desviado un centro de Javi García (88') y la prolongación de cinco minutos del partido por parte del colegiado no sirvió más que para aumentar la esperanza de un milagro que no llegó.

Quiso el Granada ganar, pero no pudo. Al menos, una semana más se mantiene en los puestos de privilegio en una clasificación cada vez más comprimida.

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