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La solidaridad como premisa

  • Anquela dispone dos líneas de cuatro muy juntas que dificulta la circulación de balón del Barça · Jugadores como Orellana y Torje se ponen el mono de trabajo en el Camp Nou

Pocos auguraban que el Granada CF iba a aguantar casi 90 minutos en el Camp Nou sin encajar un gol. El sueño estuvo cerca y se tocó aún más con la ocasión de Orellana, pero por encima de todo ello, el trabajo defensivo, la solidaridad y el compromiso de todos los jugadores que pisaron el Camp Nou hacen albergar esperanzas de cara al futuro. La pareja de medios centros estuvo impecable y eso que tuvieron mucho trabajo. Toño acalló de un plumazo todas las críticas de semanas pasadas y Brahimi volvió a demostrar que con continuidad y un mejor físico, va a ser un hombre clave en el esquema de Anquela.

Atrevido

El inicio del choque no pudo ser mejor. Los rojiblancos mostraron una intensidad y sobre todo un atrevimiento que por ejemplo en Madrid se echó en falta. Que el Barcelona tardase un minuto y cincuenta y tres segundo segundos en pisar el campo rojiblanco deja a las claras la voluntad de no amedrentarse ante el cuadro azulgrana. Obviamente mantener ese ritmo y evitar que el Barça juegue lejos de tu área es misión casi imposible, pero lo visto en la primera mitad invitó al optimismo. En la reanudación todo fue muy distinto y se persiguieron más sombras pero cuando se salía de la 'cueva' el Camp Nou no las tenía todas consigo.

Compactos

La idea estaba clara: dos líneas muy juntas, con constantes ayudas de los extremos a los laterales con Brahimi de enlace y Floro Flores como único hombre en punta. Y quitando algún que otro error en la marca motivado por la velocidad en la circulación de los rivales, lo cierto es que al conjunto de Tito Vilanova le costó romper el esquema del técnico de Linares el primer acto. Tras la reanudación el guión del choque se pareció más al que tan acostumbrados están en el Camp Nou: posesiones de balón eternas, buscando el momento preciso y constantes asociaciones, lo que terminó por generar múltiples ocasiones que Toño se encargó de desbaratar hasta que apareció Xavi.

Solidarios

Tanto Gabriel Torje como Fabián Orellana se emplearon a fondo en tareas defensivas. El chileno, por ejemplo, apenas abandonó su banda para jugar por dentro ya que las subidas de Alves y la velocidad de Alexis Sánchez eran demasiada tarea para Siqueira. Aún así, trataron de pisar el área de Valdés pero su misión en la noche de ayer era otra: sacrificarse en pos del equipo dejando las individualidades para otro momento. Con espacios y el Barcelona volcado, y sobre todo con la entrada de Jaime que ocupó la banda izquierda, se sintió más cómodo aunque llegó exhausto a la recta final, en la que tuvo la gloria en sus botas. Lo mismo le ocurrió a Torje y posteriormente a Juanma Ortiz, que con su entrada en el terreno de juego se convirtió en un defensa más pendiente de Cristian Tello que de atacar. De hecho, apenas pisó campo contrario.

Vigilancias

Uno de los aspectos que más preocupa a todo técnico que se mide al FC Barcelona es intentar evitar que los Cesc, Messi o en su caso Iniesta o Xavi aprovechen los pasillos interiores que tan buenas rentas les genera a los culés. Ante el buen planteamiento táctico en el primer acto, tanto Alves como Song y Mascherano buscaron en no pocas ocasiones cambios de orientación para provocar las basculaciones del Granada CF de una banda a otra. Así trataban de generar espacios por dentro para aprovecharlos con llegadas desde atrás pero ahí tanto Mikel Rico como Iriney y ambos centrales estuvieron muy atentos.

La luz

Hasta que le aguantaron las fuerzas, Brahimi fue el hombre que puso la pausa cuando hubo que ponerla, dio profundidad con sus medidos pases y demostró ser el jugador de más calidad de los rojiblancos. El 'nuevo Martins' se antoja clave aunque para ello haya que renunciar a un hombre de calado más ofensivo como El Arabi. Ahí Anquela tiene un 'problema' pese a que es más del gusto de jugar con un media punta de más llegada que el francés.

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