Guillermo Jiménez, vicepresidente primero y director general del Granada 74, declaró a EFE que no ejerce desde enero pasado porque está "en conflicto" con el club, que anoche destituyó al entrenador Antonio Tapia debido a la mala racha de resultados que han dejado al equipo a cuatro puntos del descenso.

"Estoy en conflicto con el club porque no estoy de acuerdo con la política actual del presidente (Carlos Marsá), que no es la que firmamos en su día", comentó Jiménez.

El vicepresidente explicó que su ruptura con Marsá se produjo cuando éste le pidió que interviniera ante el CSD (organismo del que Jiménez fue director general de Deportes del 2000 al 2004) "en un asunto de dopaje".

"Pretendía que se redujera la sanción a un jugador que dio positivo, pero las diferencias afectan también a cuestiones más generales. Mi planteamiento consistía en reunir a los tres equipos de Granada en uno grande, con capacidad para jugar en Primera División, y el suyo es el contrario, desunir".

Jiménez también se mostró en desacuerdo con la política de Marsá hacia las instituciones. "Ganamos un pulso a (Angel María) Villar para poder jugar en Granada, le ganamos otro a (Joseph) Blatter en Suiza, pero hay pulsos que no se pueden echar. Al final hay que entenderse con la Administración", comentó.

El vicepresidente se refirió a la mala situación del equipo. "Los jugadores no han cobrado el último mes, y no sé si el anterior tampoco. Hay pagarés del Ciudad de Murcia sin pagar... La situación es complicada".

"El presidente", afirmó Guillermo Jiménez, "no se debe meter en ciertas cosas. Tiene que poner el dinero, pero luego dejar los asuntos deportivos en manos de un profesional".