¿Puede una empresa innovar de manera sistemática sin una cultura adecuada y una organización que la apoye? Juan Lucas Retamar y Jesús Nebrera, socios de IND Consultores -que junto a Dopp Consultores da soporte a la Plataforma 2i- sostienen claramente que no. Implantar en la empresa una cultura de innovación es un requisito previo imprescindible para el éxito de cualquier esfuerzo de sistematización de la innovación. Se trata, según esos principios, de que la innovación sea entendida y aceptada como uno de los valores de la organización.

Para crear esta cultura, es preciso definir un marco de actuación, asignar papeles adecuados a las personas clave y sobre todo diseñar y ejecutar un plan de comunicación que permita que todas las personas en la organización compartan los valores de la innovación y sus objetivos. Otros elementos imprescindibles para la creación de una cultura de innovación son un sistema adecuado de motivación a base de incentivos, dinerarios y no dinerarios, que premie tanto la aportación personal como el trabajo en equipo y un plan de formación específica, que complemente las habilidades y aptitudes que requiere el esfuerzo innovador.

El otro puntal básico de este esfuerzo es tener una organización específica. Innovar exige hacer cosas nuevas, para las que la organización no suele estar preparada. Vigilar el entorno de manera sistemática, generar ideas y seleccionarlas con objetividad, gestionar por proyectos y asignarles recursos de una manera inteligente… Una forma diferente de trabajar, que exige una implicación sostenida de la dirección general, pero también la designación, al menos, de un responsable de Innovación, la creación de un comité de decisión específico y la disponibilidad de jefes de proyecto adecuadamente formados.