Con treinta años de experiencia en el desarrollo de concesiones dentro de nuestras fronteras, las constructoras españolas no sólo han dado el salto al exterior, sino que se han convertido en líderes mundiales en la gestión de infraestructuras del transporte.

Los contratos de colaboración público-privada han demostrado ser, en el contexto actual de escasez de recursos financieros y restricción presupuestaria, una buena herramienta de financiación de infraestructuras, de la que las empresas nacionales han sabido beneficiarse. Las constructoras españolas están especializadas en todo tipo de infraestructuras (carreteras, ferrocarriles, puentes, aeropuertos o puertos) aunque con mayor hincapié en las autopistas, según los datos aportados por la patronal de las grandes constructoras Seopan.

Son líderes en países como Chile, Brasil, México, Estados Unidos, Canadá, Portugal, Reino Unido, Italia, Grecia, Polonia, la India o Australia. Además, gestionan 272 infraestructuras del transporte, el 37% del total mundial, según la última clasificación elaborada por la publicación Public Works Financing.

El grupo ACS, gracias a la consolidación de su filial alemana Hochtief, opera o construye 72 proyectos en todo el mundo, y lidera la clasificación, en la que se encuentran nueve españolas entre las cuarenta primeras concesionarias. El segundo lugar lo ocupa FCC y su filial Globavía (con 45 concesiones), seguido por Abertis (42) y Ferrovial y su filial Cintra (35), y, a más distancia, por OHL (29), Sacyr (22), Acciona (12), Isolux Corsán (9) e Itínere (6).

Si se tiene en cuenta la inversión realizada, la primera concesionaria es Ferrovial-Cintra, con 47.256 millones de euros, gracias a la aportación de su filial aeroportuaria británica BAA, seguida muy de cerca por ACS, con 46.383 millones.

Entre las diez primeras del mundo se encuentran también FCC y Globalvía (con 15.363 millones), OHL (13.475 millones) y Sacyr (9.276 millones).