Los últimos tres meses lo han cambiado todo. La prórroga otorgada a EADS por los clientes del A400M para reflexionar sobre el futuro del avión militar, tras los continuos retrasos sufridos por el programa, parece haber dado sus frutos. Así lo cree el presidente de Airbus Military -filial militar del consorcio aeronáutico; antigua CASA-, Domingo Ureña, que, en un encuentro con la prensa española en el marco del Salón Aeronáutico de Le Bourget (París), se mostró "optimista" ante la reunión que los ministros de Defensa de los países compradores celebrarán el próximo lunes 22 de junio en Sevilla, y en la que se decidirá el futuro del proyecto.

"El trabajo hecho ha sido positivo; había un producto en el que nadie creía a raíz de las demoras y ahora todos nos hemos puesto las pilas; los clientes han entendido la complejidad del avión y son conscientes de lo que pueden hacer", dijo. Y advirtió que la industria no puede seguir soportando los costes del programa "sin el reconocimiento y la ayuda de los Gobiernos".

Por ello, Ureña instó a abordar un "reequilibrio financiero" del A400M, objetivo que vio un poco más cerca al indicar que los países "han entendido en estos tres meses que el precio merece una revisión". El presidente de la rama militar de EADS se escudó en que los importes negociados cuando se firmó el contrato "eran superajustados" y en que las concesiones técnicas y económicas que hizo la compañía superaron a las de los Gobiernos. "Es prematuro decir cómo se va a concretar esa revisión", señaló.

Para Ureña sería "una gran noticia" que Francia comprara aviones del modelo C295, que se fabrica y monta en Sevilla, como solución transitoria hasta que el A400M esté listo. No quiso ratificar este supuesto, pero sí indicó que "quizá haya algún otro contrato que llegue antes", sin dar más detalles. El motor del A400M, causante principal de los retrasos, ya acumula 12 vuelos -35 horas en el aire-. "Creemos que no será un problema y que el avión volará a finales de año, semana arriba, semana abajo", avanzó.

Con respecto a la integración de la española CASA -o MTAD- en Airbus, y todo el revuelo levantado por el proceso, Ureña no quiso meterse en harina. "Estamos en las discusiones normales con el Gobierno para definir el peso de España", contestó. Y, ante la posible venta de la planta de El Puerto de Santa María, tampoco quiso extenderse. "No estamos negociando con nadie", sentenció. "Estamos analizando alternativas que no voy a adelantar; cuando tengamos dos o tres las presentaremos a la parte social y a las administraciones", dijo. Además, aclaró que no pretenden cerrar la planta, sino abrirle nuevos caminos. "Deben ser conscientes de que no sabemos vivir sin suministradores; hoy la cadena de suministro es muy frágil y no nos interesa tener alrededor a pequeñas firmas que no puedan acompañarnos en grandes desarrollos", dijo.

En cuanto a la posibilidad de que la compañía se embarque en el diseño de un nuevo avión, que ocupe el vacío entre el C295 -con capacidad para nueve toneladas- y el A400M -para 17-, Ureña reconoció que pueden estar pensando en esa opción, pero que "no hay nada concreto, ni energía para ir a por ello".