En tiempos de crisis, los consumidores de telefonía móvil suelen ser bastante infieles. Se venden al mejor postor, esto es, a las compañías que ofrecen la factura más barata. Por ello, sumar clientes, aunque sea en una cantidad modesta, supone un respiro. Es lo que ha ocurrido a Vodafone en Andalucía durante su último año fiscal -del 1 de abril de 2010 al 31 de marzo de 2011-, periodo en el que ha ganado 108.000 clientes, logrando rebasar los 3,5 millones. La cifra, que se aleja de los grandes volúmenes de años anteriores, cobra relevancia si se observa que duplica el volumen de usuarios que sumó el año anterior -56.000 más, hasta 3,4 millones-.

El nuevo director de Vodafone en Andalucía, Javier Álvarez -sustituye a Diego Torrico, que pasa a ser director de Operaciones Unidad de Negocio Empresas en Vodafone España-, señaló que la comunidad representa en torno al 20% del negocio del grupo, con lo que roza los 1.200 millones de ingresos. Asimismo, subrayó que goza de una cuota de mercado mayor en el mercado móvil que en el resto de España, que se sitúa en el 38%.

Álvarez avanzó que Vodafone continuará con su esfuerzo inversor en Andalucía. "Pese a que hemos reducido ingresos, Ebitda y cash flow, mantendremos la inversión porque no tenemos una visión cortoplacista del negocio", explicó. De ahí que anunciara un desembolso de 600 millones a nivel nacional en 2011, de los que 120 serán para Andalucía y se destinarán a redes móviles aunque también a fibra óptica.

Álvarez destacó que Andalucía es una de las principales regiones del mundo en conectividad por banda ancha, concretamente, la segunda, tras Corea. El reto a medio plazo será desplegar la cuarta generación móvil (LTE), que ofrecerá mayores velocidades en la navegación por internet. De hecho, ya trabaja en un proyecto piloto en Málaga, donde está viendo cómo funciona la tecnología con clientes reales.