Economía

Cómo crear una App para iPhone sin morir en el intento

  • Somms compite con los gigantes del sector con imaginación en el control de costes y artesanía en la creación del producto

Piensen en una telaraña de diez metros cuadrados. Sólo un tarantulón sería capaz de tejerla sin morir en el intento. Salvo que las arañas menores trabajasen en comandita. En ese caso, uniendo sus fuerzas, igualarían el resultado de su pariente mayor y quizás hasta lograsen darle a sus escasos centímetros de hilo un lustre, una consistencia, un aire superior. A eso se dedica Somms, "factoría creativa de software" propiedad de Julio Rabadán (Sevilla, 1976), un tipo que sabe explicarse y explicar la parte del inmenso pastel de internet que le toca. Su producto estrella son las aplicaciones para telefonía móvil, que hoy es casi decir iPhone, Android y, tímidamente, Nokia. La última, FarmaMap, cedida gratuitamente al Colegio de farmacéuticos de Sevilla y creada a medias con Icinetic, permite al usuario saber exactamente que farmacias están abiertas en el momento de la consulta y a qué distancia se encuentran. Todo un caramelo para enfermos e hipocondríacos.

Somms trabaja en red. Busca socios en cualquier parte del mundo, reparte roles en función de la especialización y ofrece al cliente un presupuesto detallado -"transparente", puntualiza Rabadán- con el desglose de los costes y las tareas. "Ésta es la única solución al problema del tamaño: si no eres una gran empresa y quieres acometer proyectos de gran envergadura, buscas a la gente que tiene las tecnologías de las que tú careces". Pequeñas arañas tejiendo juntas esos diez metros cuadrados.

Somms nace en 2007 para competir en cuatro ramas de internet: la creación de páginas web, el marketing on line, las ya citadas aplicaciones para móviles y la consultoría y desarrollo tecnológico. "El dinero viene de la telefonía. Diseñar una compleja aplicación para iPhone puede suponer un coste aproximado de 50.000 euros", destaca este joven empresario. "Hay que sumar mantenimientos para actualizarla con las novedades del portal. Además, el crecimiento masivo de nuevas plataformas obliga a crear una versión nativa en otras plataformas como Android o Blackberry, lo que puede suponer duplicar o triplicar costes". La solución consiste en recurrir a la tecnología web -también llamada HTML5-, que permite elaborar un embrión común desde el que añadir detalles para cada plataforma según sus singularidades.

La lista de clientes de Somms incluye nombres de lustre como Abertis, KIA, Orange y Vodafone, además de administraciones tan poderosas como el Ministerio de Ciencia e Innovación o la Consejería de Cultura de la Junta. A todos les vende lo mismo: cocina de autor frente a la comida basura. "Tienes que elegir tu nicho de negocio. No podemos competir con quienes ofrecen webs a 300 ó 600 euros, así que nos basamos en la calidad y la personalización".

Que lo proclame Rabadán no tiene tanto mérito como que lo reconozca, por ejemplo, Vodafone, que concedió a Somms el tercer premio en la AppStart Audition Competition de febrero de 2010 por Infobus, una aplicación para seguir la pista a los autobuses de tu ciudad. FarmaMap, el retoño más reciente, aplica la misma filosofía -información inmediata para el (feliz) ciudadano propietario un iPhone o un HTC- en un mercado donde la amenaza de la saturación, también llamada burbuja, comienza a apretar. "Las aplicaciones son rentables, pero el excesivo encanto que ha despertado el teléfono de Apple atrae a muchísimos clientes y dispara los costes de mantenimiento". Lo bueno es que la crisis "hace tabula rasa e iguala a todo el mundo". Y ahí entra en juego el talento.

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