Economía

Los socios europeos del G-20 piden un control global de las finanzas

  • Los líderes reunidos en Berlín quieren que el FMI duplique sus fondos para luchar contra la crisis · Pactan establecer sanciones a los paraísos fiscales y se oponen con firmeza al proteccionismo

Europa acudirá con una sola voz a la próxima reunión del G-20 el 2 de abril en Londres. Los países europeos miembros de este grupo -Alemania, Francia, Reino Unido e Italia- junto a España, Holanda, Luxemburgo y la República Checa (presidenta de turno de la UE) acordaron ayer en Berlín una serie de medidas que se debatirán en la capital británica. La de mayor calado es la petición de un refuerzo de los mecanismos de control sobre todos los actores del sistema financiero global, origen de la crisis.

El G-20 está formado por los países del G8, otras 11 naciones emergentes (como Argentina o Brasil) y la UE. A la última cumbre en Washington también acudió algún país invitado especial como Holanda o España. Sus miembros aglutinan el 90% del PIB mundial y dos tercios de la población.

"Nos enfrentamos a una crisis extraordinaria y desconocida en las últimas décadas, y estamos convencidos de que sólo la podemos superar juntos", dijo la canciller Angela Merkel, anfitriona del encuentro preparatorio. "Tenemos confianza y seguridad de que pese a las dificultades que vamos a atravesar, unidos vamos a salir de la crisis para tener un nuevo orden económico sostenible", coincidió el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

Por su parte, Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, aseguró que Londres "es la última oportunidad que queda y no podemos permitirnos desaprovecharla".

En concreto, los ministros de Finanzas y jefes de Estado y de gobierno de los siete países citados, así como el presidente de turno de la Unión Europea, la República Checa, acordaron ayer que "ningún mercado financiero, ningún producto ni actor de los mercados quede sin regulación o vigilancia", independientemente de cual sea su sede.

Esto atañe sobre todo a sociedades privadas de inversión, a los hedge funds (fondos de inversión de alto riesgo) y a las agencias de calificación (rating), en cuyo control no se permitirá "agujero alguno", según se subraya en el documento de conclusiones.

Además, los líderes europeos abogaron por una lucha eficaz contra los paraísos fiscales y los centros financieros poco transparentes y cooperadores. Para ello anunciaron que estudiarán instrumentos sancionadores.

Otra de las señales más importantes de la minicumbre celebrada en Berlín fue el rechazo categórico de las tendencias proteccionistas en el comercio mundial.

"El proteccionismo es sólo un espejismo económico que acaba siendo perjudicial para todos", enfatizó Zapatero.

El documento de consenso recoge que en los próximos meses deberá será de máxima prioridad llegar a un acuerdo dentro de la llamada Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC), para de esta manera "proteger de proteccionismos a la economía mundial".

De esta manera, los paquetes de impulsos económicos o planes de rescate de bancos deben implementarse de tal manera que "se reduzcan al mínimo absoluto las distorsiones de competencia". Evitaron sin embargo, aplazándolas hasta la reunión de Londres, las cuestiones del proteccionismo en el sector del automóvil, y los problemas económicos que atraviesan algunos países de la Zona Euro como Grecia, Irlanda y España.

Del mismo modo se comprometieron a buscar un acuerdo para gestionar los activos tóxicos de los bancos y estabilizar con ello el sistema financiero mundial.

Además, pusieron especial énfasis también en la necesidad de concretar de manera urgente y completa el plan de acción trazado en la cumbre financiera del G-20 en noviembre pasado en Washington. Para ello, se manifestaron a favor de fortalecer el papel y los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Fondo de Estabilidad Financiera, para que ambos órganos vigilen dicho cumplimiento.

En este sentido, según anunció en rueda de prensa el primer ministro británico, Gordon Brown, se considera necesario que los fondos del FMI se dupliquen hasta 500.000 millones de dólares (385.000 millones de euros), tanto para evitar como para prevenir futuras crisis.

Por último, los reunidos en Berlín apoyaron la petición de Merkel de sacar adelante una Declaración de la Economía Sostenible, a imagen de la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, que permita alcanzar la consolidación presupuestaria (el fin de los déficit públicos) una vez se haya superado la crisis.

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