El impacto de las medidas tomadas por el Gobierno y la menor recaudación por la crisis han pasado factura a las cuentas del Estado. En los cinco primeros meses del año se ha registrado un déficit de 19.543 millones de euros, el 1,78% del PIB, lo que supone triplicar el déficit registrado en abril (0,6% del PIB). Este dato contrasta con el superávit de 2.957 millones del mismo periodo del año anterior. Uno de los principales responsables es la recaudación neta, que se redujo casi un 16% hasta los 69.482 millones. El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, aseguró que la situación es "insostenible" a largo plazo por lo que el Gobierno tendrá que adoptar medidas inmediatas para reconducir de forma "enérgica" este déficit público. Precisamente, en esta línea se manifestó la ministra de Economía, Elena Salgado, que anunció que, en noviembre, presentará un plan de saneamiento para reducir el déficit público.

El Estado triplica su déficit en un sólo mes y registra un saldo negativo de 19.543 millones hasta mayo. Este resultado fue consecuencia de unos pagos que se situaron en 64.901 millones, un 13% más, mientras que los ingresos sumaron 45.358 millones, lo que supone una caída del 24,9%. En términos de caja, que computa los ingresos y gastos que efectivamente se han realizado, el Estado alcanzó un déficit de 19.102 millones frente al superávit de 3.185 millones registrado entre enero y mayo de 2008.

El secretario de Estado indicó que el entorno "volátil y cambiante" ha obligado al Ejecutivo a hacer unas estimaciones que apuntan a un déficit del 8,1%, algo "insostenible" a largo plazo.

En este sentido, la ministra Salgado, dijo que el Gobierno presentará en noviembre un plan de saneamiento para reducir el déficit público, que acompañará a los Presupuestos Generales del Estado para 2010, con el fin de no sobrepasar el 3% en 2012. Salgado aseguró, asimismo, que en el año 2010 se revisarán todas las figuras impositivas porque es "imposible" reducir el déficit y al mismo tiempo bajar los impuestos. Recordó que Reino Unido e Irlanda han subido los impuestos y defendió que en épocas de crisis se incremente la presión fiscal.