Economía

"La minería es uno de los pocos sectores que pueden sacar a Andalucía de la crisis"

  • Petaquilla Minerals defiende la solvencia del proyecto de Lomero-Poyatos, que supondrá la inversión de más de 100 millones de euros y la creación de 250 puestos de trabajo en la Faja Pirítica onubense

Petaquilla Minerals es una muestra del resurgir de la minería andaluza en la Faja Pirítica. La compañía, que cuenta con una mina de oro en explotación en Panamá y que cotiza en las bolsas de Toronto y Nueva York, planea invertir 100 millones de euros en el yacimiento Lomero-Poyatos, en la localidad onubense de El Cerro del Andévalo, lo que supondrá crear 250 puestos de trabajo. Pascual Montañés, profesor desde 1990 del Instituto de Empresa -una de las principales escuelas de negocio de Europa- es el consejero delegado de la firma en España.

-Petaquilla comunicó recientemente que el recurso inferido podía ser inferior al previsto inicialmente. ¿En qué puede afectar al proyecto?

-No afecta nada. Esa información es de consumo interno para la compañía en el sentido de que somos cotizados. Las cifras ahora mismo tienen suficiente margen. Estamos hablando de décimas de gramo en manejo de tonelada y no vamos a desmontar un proyecto porque tenga una rentabilidad algo inferior. En los cálculos que hemos hecho de nuestra rentabilidad económica, hemos puesto la onza a 1.400 dólares, y hoy está por encima de los 1.600. El que no se saque un gramo o menos por tonelada no es relevante.

-¿En qué situación está el proyecto?

-Con los plazos habituales y en medio de un periodo de sede vacante en la Junta de Andalucía, que acaba de salir de unas elecciones y todavía no tiene el decreto de estructura orgánica, porque se funden dos consejerías en el caso que nos ocupa. Tenemos aprobada la Autorización Ambiental Unificada, el Informe de Solvencia Técnica, el Plan de Restauración y el de Solvencia Económica. ¿De qué estamos pendientes? De nada que tenga que ver con la Administración de la Junta. Según la Ley de Minas, que es preconstitucional, estamos pendientes de un informe preceptivo pero no vinculante del Instituto Geológico Minero de España sobre el proyecto de explotación. Como dice el presidente de la compañía, Richard Fifer, este es un negocio de dominio público, y hay que cuidar el dominio y el público. Quizás se nos pueda acusar de que hemos tenido un perfil bajo, porque nos hemos dedicado a hacer las cosas y después contarlas.

-¿El proyecto sigue adelante?

-Lo que quiero decir es que si Huelva quiere, nosotros queremos estar aquí indefinidamente. Este sector es uno de los pocos que pueden sacar a Andalucía de la crisis. De tres dígitos para arriba, los únicos que estamos viniendo a España somos nosotros.

-Pero Huelva quiere. ¿Ha encontrado obstáculos en las administraciones?

-No. Yo tengo una buena opinión de la Administración pública andaluza y española. Y si veo algún defecto, lo digo. Y el defecto que puede tener es que la ley es preconstitucional. El sector se está fortaleciendo con la asociación minera andaluza, Aminer, y estamos intentando hacer sugerencias para la mejora de la regulación.

-¿Cuándo toca decidir si el proyecto es a cielo abierto o subterráneo?

-Cuando terminen los sondeos. Son 18.000 o 20.000 metros cuadrados y suponen unos 18 millones de euros de inversión. Cuando hablamos de inicio de producción comercial, se trata de un plan absolutamente preciso porque este negocio es de capital absolutamente intensivo y de alto riesgo. Al empezar los sondeos, ya tengo decidido dónde iniciar la rampa para meterme en galería. Y si el sondeo me dice que está muy en superficie, para qué voy a hacer una galería si la profundidad es muy baja.

-Si se hiciera el cambio de explotación a subterránea, ¿supondría tener que reiniciar los trámites?

-Nuestra solvencia económica y nuestra solvencia técnica valen para cualquier otro proyecto. Otra cosa es que cada mina es un mundo. Más allá de que nos aprueben nuestro proyecto, cada año nos tienen que aprobar el Plan de Labores porque continuamente estás recabando información y te va modificando muchas cosas. Como dice Richard Fifer, el proceso de la "permisología" es continuo. Yo informo a la Junta de que he descubierto un filón por allí y me autoriza o no.

-¿De los 100 millones de euros de inversión previstos, qué cantidad se ha ejecutado ya?

-No se ha puesto ninguno, porque eso se empieza a ejecutar en el momento que te dan el permiso de explotación. Y sin el permiso, tampoco se pueden hacer sondeos. Va todo junto. Los 100,3 millones están vírgenes y esa es mi mayor preocupación. En primer lugar, cada día de retraso es un día más en que una persona sigue en el paro. Y dos, que es otro tipo de riesgo, es que los plazos se dilaten y sea difícil de explicar a inversores extranjeros. Esta es una de las mejores maneras para salir de la crisis. Un país sólo de servicios nunca estará en el G-20. La única manera de que España esté en el G-20 es a través de su minería metálica.

-¿Cómo calificaría la relación con la Junta?

-Además de cuidar el dominio y el público, el negocio de la minería, tiene que ver con el medio ambiente y nosotros cuidamos el medio y el ambiente. Estamos cómodos porque lo que nos han pedido lo hemos cumplido con la mayor naturalidad. Creo que lo estamos haciendo bien. Más que juzgar a nuestro profesor, quiero evaluar cómo lo hago como alumno. También entiendo que el trabajo de la Junta es muy difícil por todo lo que ha pasado aquí. Y en ese sentido, están siendo más rigurosos de lo que deberían por legislación, pero es un rigor que se entiende y a nosotros el rigor no nos importa. A nosotros nos han pedido que seamos ejemplares. Estamos intentando serlo y hasta ahora no nos han dicho que no lo hayamos sido. Nuestra ambición es ser una buena experiencia en la minería de la Faja Pirítica en el siglo XXI.

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