-Cuando salieron los Papeles de Panamá las instituciones se marcaron un Casablanca. ¿Recuerda? Cuando Claude Rains dice en el bar de Rick: "Qué escándalo, aquí se juega".

-Jajaja. Algo tenían que hacer. Había 140 políticos en la lista y generó una enorme indignación.

-Esto de evadir impuestos es un deporte de los ricos desde tiempo inmemorial. Suiza, su patria querida.

-Sí, era como una segunda religión de los ricos coger la maleta y tirar para Suiza. Algo está cambiando, por no ser catastrofistas. Gracias a Estados Unidos, que se dirigió a los bancos europeos y les dijo o me dais los datos de los evasores de mi país o no podéis operar en mi mercado, se ha logrado que Europa levante el secreto bancario.

-En Estados Unidos son muy listos, porque sus bancos no nos dan a los europeos sus datos.

-Es que Estados Unidos es el gran problema de la evasión fiscal. Y en lo económico el gran problema de la humanidad es la evasión fiscal. Lo es porque es la venganza del capital contra el Estado de bienestar. Y ahora está amenazando muy seriamente esas conquistas. Si no colabora Estados Unidos, que cuenta con estados como Wyoming o Delaware que permiten las sociedades opacas, es imposible combatir la evasión fiscal.

-Pues ahora que van a tener de presidente a un evasor fiscal...

-Es la peor noticia que podíamos tener para acometer desde Europa esta batalla. Trump ya habló de desregularizar todo lo que regularizó Obama tras el estallido de la crisis y reducir el impuesto de sociedades en Estados Unidos del 35% al 15%. Eso, técnicamente, convertiría a Estados Unidos en un paraíso fiscal. Igual que el Reino Unido piensa hacer tras el Brexit. Recuerda a la alianza Thatcher-Reagan cuya desregularización fue el origen de la crisis de 2008.

-A quién le podría extrañar entonces que Wall Street no se hundiera tras la victoria de Trump.

-Trump lanzó un mensaje anti Wall Street que caló muy bien en su electorado, pero Wall Street conoce quién es Trump. No había motivo para inquietarse.

-Usted ofrece en su libro Paraísos fiscales veinte propuestas para acabar con la evasión fiscal. Son lógicas, pero con este panorama no les veo futuro.

-Pues o se llevan a cabo o vamos al desastre. Confío en que la gente no sea propensa a suicidarse. Y, pese a ello, pese a todo lo que nos jugamos, en los acuerdos de PSOE con Ciudadanos y el posterior del PP con Ciudadanos, apenas si se abordaba el problema.

-Pero entiendo que es un problema que hay que abordar a nivel europeo. Y Europa se fragmenta. Ya veremos hasta qué punto se consolidan las tendencias ultraconservadoras nacionalistas.

-La fragmentación es de todo tipo. Del norte y el sur, de los prestan y los que deben, de la Europa de siempre con la nueva del otro lado del telón de acero... Además, la crisis hace que buena parte de la opinión pública quiera regresar al seno materno y se refugie en la nación. Todo eso es cierto como lo es que Europa no tenga la solidez que sería necesaria para abordar estas propuestas, pero es nuestra única oportunidad y la socialdemocracia debería llevar esa bandera si no quiere caer en la irrelevancia. Las elecciones en Francia y Alemania serán determinantes para el futuro de Europa. Una victoria de Le Pen nos llevaría al caos.

-¿Y una derrota de Merkel?

-Merkel quiere impulsar medidas contra esta sangría fiscal, pero también ella lideró la imposición de la austeridad que ha dado los resultados conocidos.

-También debido a la tendencia de los estados a financiarse con deuda en vez de con fiscalidad.

-Si Europa hubiera visto hace diez años lo que suponía la evasión fiscal y se hubieran tomado medidas como las que propongo no hubiera pasado todo lo que ha pasado.

-Entre sus medidas incluye la armonización fiscal. ¿De verdad no le parece de una enorme ingenuidad en una Unión en la que cada país pone los tipos fiscales que le apetecen?

-Sí, admito que es una propuesta difícil de materializar porque los tipos de los impuestos entran dentro de la soberanía de cada país, lo que es un poco absurdo en un espacio con una moneda única.

-Hábleme de la elusión fiscal, ese eufemismo.

-La elusión es legal. Consiste en que una multinacional puede pagar sus impuestos en el país que mejor le convenga. Otro absurdo. Usted opera aquí, pero no paga aquí. No tiene sentido. Google, Apple, Amazon, que están entre las cinco primeras, sacan beneficios en España, pero apenas pagan en España. Estamos entregando la soberanía a las multinacionales, regresando a tiempos preconstitucionales, cuando las monarquías absolutas eran propietarias de sus reinos.