Marta Garrido · Regatista

"El mar puede llegar a ser un enemigo"

"El mar puede llegar a ser un enemigo"

"El mar puede llegar a ser un enemigo" / josué correa

-A sus 20 años tiene un palmarés que ya quisieran muchos.

-Sí, la verdad es que es grande, pero también es porque llevo muchos años navegando. Empecé desde que era muy pequeña.

-¿Cuál es el secreto?

-Las ganas. Gente que entrene más que yo la hay; que tenga mejor material que yo, también, además de que salga a más regatas que yo. Pero creo que la cosa es que a nadie le gusta más que a mí.

-¿Cuánto ha sacrificado por estar donde está a nivel profesional?

-Mucho. Desde exámenes hasta salir con mis amigas. Es muchísimo tiempo que se lo quito a otras cosas. Y pasar frío e irte a un país nórdico a entrenar en pleno invierno y quitarte también el verano de tu casa... Mucho.

-Quién es mejor aliado: ¿el mar o su compañera de tripulación?

-El mar es imposible tenerlo siempre a tu lado porque nunca sabes lo que va a pasar. La confianza plena la tengo en mi compañera, ya que puede reaccionar ante cualquier cosa. El mar puede llegar a ser un enemigo. Nunca sabes nada. Hay veces que piensas hacer las cosas de una manera y de pronto el viento te hace lo que quiera, por lo que entra en juego el que más rápido sepa reaccionar o el más listo en cada momento.

-Una relación amor-odio, entonces.

-Realmente si te tomas cada cambio como un reto y lo consigues superar, termina por gustarte más de lo que te hubieses planteado.

-Imagino que echa de menos la costa al vivir en Sevilla.

-Muchísimo. Lo que más. Resido en Sevilla, aunque estoy más tiempo de regatas.

-Estudia y entrena. ¿Y el tiempo libre?

-Ni le dedico todo el tiempo que me gustaría a mi carrera, ni a mis amigas, ni a hacer otras muchas cosas que me gustan. Aunque me cunde mucho cuando me centro en algo. Ahora me voy a entrenar 15 días a Palma, pues estos días salgo de clase, estoy algo con mis amigos, estudio lo que puedo, me levanto y en la media hora que tengo para desayunar, en vez de hacerlo tranquilamente, lo aprovecho para estudiar. Realmente no le dedico el tiempo a todo lo que me gustaría, pero sí que me cunde mucho cuando hago algo.

-Vuelve a la clase de 420 tras pasar por el 470. ¿A qué razones se debe?

-Intenté el cambio el año pasado, pero he vuelto. Ni tenía ayudas, ni había gente aquí con la que navegar, ni podía irme a Barcelona o fuera del país a entrenar. Era imposible, un dineral.

-Y ahora, ¿qué tiene por delante en su carrera?

-No todo acaba aquí. Espero seguir formándome. Día que navego, día que aprendo.

-¿Y el intento a participar en los Juegos Olímpicos?

-No descarto buscar entrar en unos Juegos Olímpicos el día de mañana; de hecho, me gusta mucho. Pero a lo mejor busco en el futuro una vela más profesional, de crucero o regatas de barcos más grandes. Que no sea solamente vela ligera.

-Supongo que con el título de farmacéutica bajo el brazo.

-Pues sí. Espero que el título me llegue en dos o tres años.

-¿Qué piensa una futura farmacéutica de la sanidad?

-Dicen que ahora se está viendo un poco todo en contra de la farmacia. Pero la farmacia tiene 1.500 salidas. De hecho, quiero terminar mi carrera porque pienso que el día de mañana, si me tengo que ir con un puesto de farmacéutica a América y montarme allí en un barco de la Copa América, pues me habrá llevado mi deporte y mi carrera.

-¿Y de la política?

-Es un tema que no me gusta nada. Y es verdad que he recibido premios de la mano de muchos políticos que son los que realmente más te pueden apoyar y ayudar, pero ni me empujan a meterme ni me quiero meter.

-El premio Meridiana le llega en un momento clave en el deporte femenino.

-Este premio me ha hecho una ilusión especial porque te reconocen como mujer trabajadora en campos tan diferentes y amplios. Valora mi trabajo y mi logro de llegar como mujer a lo máximo.

-Muchos premios y poco reconocimiento en cuanto a patrocinadores.

-Todavía en ciudades como Valencia o Barcelona encuentras algo. Pero aquí, en Andalucía es un deporte nada conocido. Y como es un deporte sin grada, nadie apuesta por esto.

-¿Cuál es la clave para cambiar todo esto?

-No lo sé. En realidad, es un deporte movido por la pasión. Al que le apasiona, lo da todo. Es muy caro, sacrificado y al final lo apoya quien de verdad le gusta. Afortunadamente o desafortunadamente, no es el dinero el que lo mueve.

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