El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, sigue sin plantearse la dimisión, pese al creciente descontento entre los vocales por la polémica de sus viajes a Marbella, que le ha hecho perder apoyos en el órgano de gobierno de los jueces.

La preocupación y el malestar ante el daño a la imagen del Poder Judicial que ha provocado la denuncia del vocal José Manuel Gómez Benítez, por los gastos de una veintena de viajes de Dívar cargados al Consejo, lejos de haber desaparecido, sigue presente, según reconocen fuentes del CGPJ. La última muestra ha sido la petición de tres de los vocales que solicitaron a Dívar su dimisión -Margarita Robles, Félix Azón e Inmaculada Montalbán- que, dejando en evidencia a su presidente, han pedido comparecer en el Congreso y en el Senado para dar cuenta de sus gastos y de todo lo acontecido en los últimos treinta días.

Hasta en el sector conservador hay ya quien empieza a pensar que la situación tiene una difícil salida y que incluso es posible que vaya a más.

A esta visión han contribuido las informaciones que han venido apareciendo en las últimas fechas sobre los encuentros que Dívar mantuvo en sus viajes de trabajo a Marbella, con estancias de varios días para actos de unas horas o incluso apócrifos.