La Audiencia Nacional juzgará esta semana al ex dirigente de los Grapo Fernando Silva Sande por el asesinato, el 10 de marzo de 1989, de dos guardias civiles que custodiaban la delegación del Banco de España en Santiago de Compostela, hechos por los que la Fiscalía pide 60 años de prisión.

En el juicio que se celebrará el jueves ante la sección segunda de la Sala de lo Penal de este tribunal, el representante del Ministerio Público solicitará también que el acusado indemnice a los herederos de cada agente con 300.000 euros, así como que le prohíban durante cinco años volver al lugar donde éstos residen.

Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, el acusado y los ya condenados por estos hechos Guillermo Vázquez Bautista, María Jesús Romero y Laureano Ortega Ortega, además de otra fallecida, acordaron llevar a cabo la "expropiación" de la oficina del Banco de España en la capital gallega "a fin de recaudar fondos" para la banda. Para ello, habían efectuado vigilancia durante varios días y sabían que dicha sucursal estaba vigilada por dos agentes de la Guardia Civil, por lo que el 10 de marzo de 1989 Silva Sande y uno de los condenados se acercaron a ellos "de forma súbita e inesperada" y les dispararon repetidamente.