España

Votos por transferencias

EL curso político arrancó con una primera sesión de control al Gobierno con Rodríguez Zapatero y Rajoy poniendo de manifiesto que, relajados y descansados después de las vacaciones estivales, tampoco son incapaces de ponerse de acuerdo sobre la marcha de la economía española. Se enzarzaron en un cuerpo a cuerpo que, en esta ocasión, ganó Rajoy al subrayar el mercadeo de votos por transferencias que se avecina en la negociación presupuestaria.

Después de que Josep Antoni Duran Lleida, de CiU, y Josu Erkoreka, del PNV, abrieran con preguntas sobre la congelación de las pensiones y los Presupuestos para 2011, respectivamente, Rajoy siguió la misma estela y, tras dibujar un panorama nada alentador para la economía española -un crecimiento de -0,1% y un paro del 20,3%-, acusó a Rodríguez Zapatero de ser el autor de tal "despropósito". "Ha pasado de no hacer nada, a hacer una cosa, a hacer la contraria y luego la contraria de la contraria. Ha cambiado de opinión un sinfín de veces en temas importantes, ha tomado decisiones improvisadas y de un día para otro en contra de su programa, de sus decisiones anteriores y de su discurso", se lanzó el líder de la oposición contra el presidente del Gobierno.

Antes de que le preguntara finalmente si tenía propósito de enmienda, Rajoy echó más leña al fuego e insistió en que Rodríguez Zapatero le "ha hecho mucho daño a los españoles" con "enormes recortes en la inversión pública y el mayor recorte social de la democracia". "Y todo esto, como no podía ser de otra forma, ha generado una enorme desconfianza e incertidumbre y nos ha traído hasta aquí", agregó el líder del primer partido de la oposición.

El presidente del Gobierno encajó el primer golpe de la nueva temporada política con deportividad -para algo se siente campeón del mundo mundial-, pero pasó al ataque con buen tono: "El que no tiene propósito de la enmienda es usted porque ha vuelto exactamente igual que se fue de vacaciones. Me parecía que sus palabras, incluso algunas de sus frases, eran las mismas, exactas a las que formuló en el debate del estado de la Nación. No le discuto la coherencia, pero sí le subrayo la falta de imaginación y de propuestas que sobre temas económicos vienen demostrando usted y su grupo reiteradamente, junto con la falta de colaboración".

Tras detallar las medidas adoptadas por el Gobierno, con el plan de austeridad o de reducción del déficit a la cabeza, Rodríguez Zapatero le pidió "dos cosas" al presidente del Partido Popular: "Una, que nos presente ya esas 50 medidas que está esperando todo el mundo para colaborar y discutirlas, y dos, que mantenga una actitud constructiva, que seguramente le vendrá bien a la economía y a España".

Con las palmas de la bancada socialista aún echando humo, Rajoy le replicó que el Grupo Popular presentará hoy las 70 enmiendas a la reforma del mercado laboral ya rechazadas por el Partido Socialista y le pidió que las aceptara. Acto seguido, el líder de la oposición explicó que estaba igual que antes del verano porque "el paro ha aumentado y el crecimiento económico sigue disminuyendo", porque "en Europa se ha iniciado la recuperación y aquí no" y porque "usted sigue exactamente igual".

"Usted está en minoría, no sabemos quién le va a apoyar, no sabemos en qué situación está su Gobierno, sólo sabemos que está en situación de provisionalidad, por ejemplo el ministro de Trabajo no está y no sabemos cómo está la ministra de Sanidad", sentenció.

Por último, a modo de remate, Rajoy le pidió al presidente del Gobierno que "no haga daño en el debate de presupuestos cambiando votos por transferencias para mantenerse" y que "ponga un mínimo de orden en su Gobierno en el tiempo que aún esté al frente".

La réplica de Rodríguez Zapatero no se escuchó porque había consumido en la intervención inicial todo su tiempo.

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