España

Un oficial de la Policía francesa confirma que ETA se rearma en las treguas

  • Laurent Hury asegura que la banda suspende sus acciones en España pero no en Francia

ETA aprovecha las treguas para rearmarse, en particular con robos en Francia, señaló ayer un oficial francés de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) en el juicio en París contra diez presuntos miembros de la banda, incluidos los ex dirigentes Mikel Albisu, alias Mikel Antza, y Soledad Iparraguirre, Anboto.

La organización terrorista "aprovecha" esos periodos "para realizar ciertas operaciones en territorio francés (...) con el fin de reforzar su arsenal militar cometiendo robos", subrayó el comisario de la SDAT Laurent Hury ante el Tribunal. Hury recordó que varios robos a mano armada cometidos en Francia fueron perpetrados por miembros de ETA durante la tregua de 2006.

Añadió que un letrado de etarras en una ocasión le había precisado que las treguas sólo suponen la suspensión de las operaciones terroristas en España, no en Francia.

Antza, acusado en este proceso de haber sido el jefe político de ETA hasta su detención en octubre de 2004 en Salies de Béarn (suroeste de Francia), se negó a precisar al presidente del tribunal, Philippe Vandingenen, cuáles eran las misiones que cumplía en la organización.

Le replicó que eso no lo contaría y se limitó a explicar cuándo había entrado en la banda terrorista -"en 1987 ETA llamó a mi puerta y yo dije que sí"- y que desde entonces había cumplido una serie de "tareas" que le había encomendado ETA.

Un segundo policía que declaró igualmente como testigo, el comisario Dimitri Zoulas, dio cuenta de los cambios en la estructura de ETA que se llevaron a cabo en 2004.

Zoulas indicó que aparecieron "dos nuevos aparatos transversales", el primero dedicado a los militantes que cubría tanto el reclutamiento de etarras como la estructura de reserva de activistas y la coordinación entre los prisioneros de la organización, y cuyo funcionamiento sintetizó al describirlo como "una forma de dirección de personal".

El segundo era "un aparato de servicios" que reunía los cometidos de información y la tesorería de ETA, lo que incluía la recaudación del llamado "impuesto revolucionario", principal fuente de financiación de la organización terrorista.

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