las claves

La prioridad de Rajoy es la negociación con el PSOE

  • Codo con codo. Populares y socialistas hallan puntos confluentes en los asuntos de Estado mientras Podemos y C's se sienten desplazados en los diálogos por los dos principales partidos

Rafael Hernando (PP) conversa con Antonio Hernando (PSOE), en presencia de José María Villegas (C's).

Rafael Hernando (PP) conversa con Antonio Hernando (PSOE), en presencia de José María Villegas (C's). / EFE

Rajoy ha sido claro e insistente con los miembros de la dirección del PP: la disposición a negociar con la oposición es total, absoluta, se puede hablar de todo con todos sin traspasar los límites suficientemente conocidos, pero la prioridad es alcanzar acuerdos con el PSOE. Es la formación que cuenta con más escaños-votos que cualquier otro grupo para apoyar las propuestas e iniciativas que más importan al Gobierno y también el único partido con experiencia de gestión y comprende mejor que otros que determinados asuntos no admiten demora o que son fundamentales para garantizar la estabilidad.

Desde que se inició la legislatura, en el Congreso y en los despachos de los ministerios económicos y de Educación se negocia sin un minuto para tomar aliento: techo de gasto, Presupuestos, pacto de Estabilidad, reforma de la Lomce, reforma laboral, pensiones... hablando también con los sectores afectados.

Esta semana se han visto los primeros frutos con el importante acuerdo sobre el incremento del salario mínimo interprofesional, los pactos en el Consejo de Política Económica y Financiera para fijar el déficit autonómico en el 0,6% y trabajan a uña de caballo para intentar que el PSOE acepte finalmente el techo de gasto.

Podemos y Ciudadanos (C's) se quejan de que PP y PSOE negocian al margen de ellos, pero independientemente de lo ya apuntado, los populares alegan que C's se ciñe excesivamente al pacto para la investidura, y que igual que Rivera siempre insistió que tras ser elegido Rajoy había que negociar cada propuesta de Gobierno, también el Ejecutivo considera que una vez en marcha hay que ser flexible para sacar adelante las iniciativas, y encuentra excesiva rigidez en la formación naranja. Aunque en ningún momento en el PP pretenden dejar de lado a C's.

siete voces en podemos

La situación es muy distinta en Podemos. Al PSOE no le interesa darle excesivo juego ni que se lo dé el Gobierno; cualquier gesto que lo haga parecer como un partido riguroso y con sentido de Estado perjudica al PSOE, muy consciente de que para Iglesias son los socialistas sus principales adversarios, no el PP. En cuanto al Gobierno, la queja respecto a Podemos es muy distinta: es imposible negociar con ellos, no sólo por estar en las antípodas del Ejecutivo de Rajoy, sino por su propia estructura y metodología de trabajo.

Un ejemplo: al encuentro con Montoro aparecieron siete miembros de Podemos, uno por cada una de sus formaciones afines. Tras una negociación complicada por la falta de acuerdo entre los siete miembros, hubo algunas coincidencias, ya que Montoro les explicó las consecuencias económicas de sus exigencias y comprendieron que eran inasumibles.

Tras ese pacto de mínimos, Errejón llamó a su interlocutor a Rafael Hernando: lo sentía mucho, pero cuando trasladaron ese acuerdo a la asamblea o círculo correspondiente, lo echaron atrás. Tanto en el PP como en el PSOE alegan que es imposible dialogar con un partido asambleario. La palabra de quien tienen enfrente no vale nada, no tiene poder de decisión.

adhesiones socialistas

Los equipos negociadores son conocidos, aunque PP y PSOE los han reforzado. Rajoy ha responsabilizado a Sáenz de Santamaría de las políticas territoriales, la financiación autonómica y el difícil problema de Cataluña; sobre cuestiones económicas tanto Montoro como Guindos, Báñez y Álvaro Nadal trabajan con la vicepresidenta, y la designación de Enric Millo como delegado del Gobierno en Cataluña, que tendrá el protagonismo político que no tuvo su antecesora, será fundamental para negociar con la Generalitat, más con Junqueras que con Puigdemont. Y con un papel muy limitado Homs, que se queja permanentemente de que no se le da la misma relevancia que al anterior portavoz parlamentario, Duran Lleida; entre otras razones porque ni siquiera tiene grupo parlamentario.

En el PSOE, dos personajes han aparecido en la escena después de pasar a segunda fila con Pedro Sánchez: Elena Valenciano y Valeriano Gómez, ex secretaria de Organización con Rubalcaba y ex ministro de Trabajo. El mayor peso, sin embargo, recae sobre Antonio Hernando, con excelentes relaciones personales con su homólogo en el PP, Rafael Hernando, capaces los dos de desbloquear situaciones que parecían imposibles. Eso no significa que lleguen a acuerdos el Gobierno y el PSOE, pero sí hay voluntad de pactar asuntos de Estado que interesan al PP por razones obvias y a los socialistas para marcar distancias con un Podemos que se ha echado al monte y demuestra escasa entidad política.

En ese escenario tan centrado en dos partidos más un tercero que cada día muestra su cara más populista e inexperta, es lógico que la imagen de C's esté hoy más desdibujada que cuando demostró altura de miras al llegar a un pacto de investidura.

enmienda y... negociación

¿Significa esto que habrá pactos sobre cuestiones básicas como los Presupuestos Generales (PGE)? No. Pero cada iniciativa, del Gobierno o de la oposición, deberá ser pactada. El PSOE presentará la habitual enmienda a la totalidad a los PGE. Si la saca adelante -para ello necesitaría el apoyo del PNV-, el Ejecutivo tendría que retirarlos y enviar unos nuevos a las Cortes; si no se aprueba, la idea de los socialistas es negociar cada partida con el Gobierno durante la tramitación parlamentaria. E introducir modificaciones significativas. Si lo consigue, podría aprobar los Presupuestos, sólo así. Esto pone el foco en el PNV, un partido que forma parte también de las prioridades negociadoras del PP.

El día a día lo lleva también Rafael Hernando con Aitor Esteban y, para reforzar las negociaciones, Rajoy puede recurrir a su buena relación con Íñigo Urkullu y con Andoni Ortuzar, que es quien tiene la última palabra. También Cospedal se lleva bien con el presidente del PNV y tampoco duda en coger un teléfono si hace falta. Pronto se iniciarán las negociaciones de cara a los PGE con una baza importante sobre la mesa: el cupo.

Otro hombre puede tener también un papel importante: Pedro Aspiazu. El portavoz económico del PNV en la anterior legislatura, con amigos en el grupo popular por los años en el Congreso, es el actual consejero de Economía del Gobierno vasco, lo que significa que, no como diputado, sino como consejero, tendrá también voz en las negociaciones. De hecho, la semana próxima se entrevistará con Montoro, ministro del que depende el cupo.

Es la legislatura de la negociación permanente y echó a andar, con ese planteamiento de trabajo, desde antes incluso de que Rajoy designara a sus ministros. No se podía perder ni un minuto.

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