España

Una relación muy superficial

  • Los responsables políticos de primer nivel no suelen tener un amplio conocimiento de idiomas extranjeros, aunque algunos, como Aznar, mejoran tras dejar el cargo

Los idiomas y los políticos españoles de primer nivel no forman una buena combinación ya que, a excepción de los candidatos a las elecciones europeas, no son muchos los que se pueden defender en otras lenguas extranjeras, una eterna asignatura pendiente que algunos consideran obligatoria y otros "optativa".

De sobra es conocido que José Luis Rodríguez Zapatero sólo habla un "poco" de francés, el mismo idioma que estudió el líder de la oposición, Mariano Rajoy.

El presidente del PP admitió recientemente que no habla inglés, pero subrayó que Felipe González y José María Aznar tampoco se defendían en este idioma pero fueron "buenos" presidentes.

Aznar ha "vuelto a las aulas" tras dejar el Gobierno y ahora habla inglés, italiano y francés. En los tres idiomas "se defiende muy bien" e incluso se atreve a dar conferencias en dichas lenguas.

Uno de los políticos españoles que más idiomas domina -algo normal en la carrera diplomática- es el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien habla inglés y francés y tiene conocimiento de otros como el serbocroata y el árabe, como consecuencia de sus misiones como enviado especial de la UE.

A Moratinos le superan, no obstante, dos históricos políticos: Manuel Fraga, con siete idiomas (francés, inglés, italiano, alemán, portugués, gallego y euskera), y Jordi Pujol, con cinco (catalán, francés, inglés, alemán e italiano).

En el ámbito autonómico destaca Esperanza Aguirre, quien habla inglés (estudió en el Instituto Británico) y francés "a la perfección", tiene nociones de italiano y comprende el catalán.

Las "lenguas clásicas" son el punto fuerte del presidente andaluz, José Antonio Griñán, a quien también se le dan bien el inglés y el italiano.

Las nuevas generaciones de políticos no sobresalen en este terreno: Alberto Núñez Feijóo habla francés y gallego, mientras que Patxi López "se defiende" en inglés y está aprendiendo euskera.

Al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se le ha podido escuchar recientemente hablar en inglés con los jueces del COI que examinaron la candidatura de Madrid 2016.

Entre los políticos que integran las listas al Parlamento Europeo destaca el candidato socialista Juan Fernando López Aguilar, quien habla francés, italiano, inglés (con acento americano) y alemán. El italiano es el que más le gusta aunque ahora está leyendo un libro en inglés sobre... Europa. El cabeza de lista del PP, Jaime Mayor Oreja, habla con sus colegas del Parlamento europeo en francés e inglés, idiomas en los que suele pronunciar sus discursos. El candidato de CiU, Ramón Tremosa, habla catalán, italiano, alemán, inglés y entiende el francés, mientras que el número uno de la lista de IU, Willy Meyer, sabe alemán e inglés.

Para el profesor de Derecho Constitucional de la UNED , Lucrecio Rebollo, hacer del idioma un "requisito imprescindible" para los políticos de primer nivel "es un error" porque los actos normalmente son "finalizados, no formalizados", por un presidente de Gobierno o de comunidad autónoma.

A su juicio, se trata más de una cuestión de carisma y de otras cualidades, como la capacidad de diálogo, que de conocer un idioma. "Un ejemplo lo tenemos -argumenta- en el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien en las reuniones internacionales habla con todo el mundo, y no sale de su francés".

Una postura radicalmente contraria es la que defiende el catedrático del Departamento de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense, Antonio Marquina, quien considera "absolutamente imprescindible" que los políticos conozcan idiomas.

Éste -dice- es un tema fundamental para poder negociar y "estar en el ajo" porque las negociaciones se hacen realmente en los pasillos y es en esos momentos cuando los políticos deben dar todo lo que tienen dentro.

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