Almería es, tradicionalmente, una tierra en la que el cruce de diferentes culturas y religiones ha sido algo habitual a lo largo de los siglos. En esta ocasión, el protagonismo de la visita guiada lo tuvo la parte cristiana de la ciudad.

Con la sombra como mejor aliada durante el recorrido, turistas y almerienses con ganas de descubrir lo que la capital esconde, se dieron cita en la plaza Vieja punto de inicio de este "caluroso paseo cristiano". El Convento de las Clarisas, primera parada de la visita. En este punto, la guía encargada de orientar al grupo durante el recorrido, se dispone a hablar a través del torno con las monjas de clausura, para así, poder acceder al interior del lugar. Con el sonido de un timbre se informan entre ellas de que tienen visita, y a los presentes, que pueden pasar.

"Durante la Guerra Civil se quemaron muchas iglesias, y se perdió mucho patrimonio artístico", explica Isabel, la guía del grupo. A pesar de ello, este convento sigue albergando en su interior joyas, no tan antiguas pero que tienen un gran valor, como son los cuatro óleos pintados por una de las hermanas pertenecientes a la orden.

Tras bajar la calle Real, y parar frente la iglesia de San Pedro, el siguiente punto es, el Sagrado Corazón de Jesús donde las siervas de María cantan, bajo su velo blanco, los componentes de este grupo de curiosos visitantes entran al templo para contemplar el acto religioso.

La ofrenda floral a la Virgen del Mar y conocer el motivo por el cual se convirtió en la patrona de Almería, además de contemplar la Catedral de la ciudad desde su plaza, las siguientes paradas.

La estación final del trayecto fue el convento de las puras, el más antiguo de la ciudad. Dentro de él se encierra un patrimonio artístico barroco con detalles tan curiosos como los espejos que decoran el altar de su capilla. Escondido en pleno centro de Almería, aporta al visitante la tranquilidad, que en estos tiempos tanto se busca.