Feria

Mar de 'Lágrimas desordenadas' en un 'Jardín con enanitos'

  • Melendi emocionó a un entregrado público en el Palacio de los Juegos Mediterráneos Su nuevo disco, más íntimo, estuvo acompañado por populares éxitos de años anteriores

Con solo una sonrisa, como dice en su canción, Almería se volvió loca. Era uno de los platos fuertes de la Feria y el encargado de cerrar los conciertos de estas Fiestas Mayores en honor a la Patrona, así que no estaba dispuesto a decepcionar a nadie. Melendi subió al escenario con el objetivo de hacer vibrar al público almerienses durante más de dos horas. Y lo consiguió. El Palacio de los Juegos Mediterráneos rugía cuando este asturiano entonaba las primeras palabras de la noche con Tu lista de enemigos. Aunque esa noche fue más bien de amigos, amigos que lloraron, rieron, bailaron y se emocionaron con las veinticinco canciones a las que Melendi puso voz y alma.

Encima del escenario se pudo ver a un Melendi maduro, íntimo y con el corazón abierto, y esa conjunción es la que ha dado lugar a su último disco, Lágrimas desordenadas. Lágrimas era lo que se podía ver en la primera fila cuando sonaba Aprendiz de caballero, las lágrimas de unas chicas que había estado más de quince horas de cola. Y ya, a partir de ahí, un amplio abanico de sentimientos inundó el Palacio, oscilando entre el amor con Solo una sonrisa y el desamor, como Un violinista en tu tejado. Recordó su primera experiencia con la divertida Mi primer beso, de la que antes de empezar refirió que "se han escrito sobre muchos dolores, pero nunca sobre este situado en la zona masculina". Un Melendi divertido y jovial, pero también un Melendi dispuesto a denunciar las injusticias de la sociedad actual, como con De repente desperté: Hoy he soñado que todo es mentira,que no existen los parados por derecho y que el político es de plastilina. Otro emotivo momento, también de denuncia, fue tras Por amarte tanto, sobre la que el asturiano confesó que habla del sentimiento de un padre hacia sus hijos, y a la que siguió La tortura de Lyss, opuestamente radical, sobre un progenitor que abusa de su hija, y del que Melendi se preguntó "¿cómo puede ser posible?". Autofotos, Lágrimas desordenadas y Jardín con enanitos , éxitos de su último disco, fueron las más coreadas, y hasta los palcos no pudieron evitar ponerse en pie a bailar, al igual que con éxitos de otros discos como Piratas del Bar Caribe, La Calle Pantomina o Que el cielo espere sentao. Momentos emotivos, sinceros y vibrantes los que ofrecieron Llueve, donde decenas de parejas se agarraban al compás de la música. En el último año, y gracias al concurso televisivo La Voz, donde el artista asturiano participó de jurado, se ha podido conocer una imagen diferente de Melendi, algo que quedó demostrado también ayer en el Palacio, con una amplia variedad de público, desde chicos y chicas jóvenes con pancartas y las pilas cargadas de energía hasta la madurez y serenidad de otro tipo de público, pasando por familias con niños pequeños que aún no habían nacido cuando Milindri empezaba a despuntar. Entre el público, alguna cara conocida, como el jugador de la U.D. Almería, Miguel Ángel Corona, que confesó que estaba pasando un buen rato y que le estaba gustando mucho el concierto.

Llegaba el final del concierto, y tras varios amagos de "esta es la última canción", y luego volver al escenario, Melendi quiso agradecer en varias ocasiones, y pedir la ovación de los asistentes, para su equipo de músicos. Rindió homenaje al grupo Extremoduro, del que se declaró fan, y finalizó su repertorio con un Billy que gritó en repetidas ocasiones, acompañado por el público. Una cita perfecta, cargada de sentimiento, con un Melendi que se mostró más cercano y cómplice que nunca y que pudo llevarse a casa miles de aplausos con sabor almeriense.

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