Concentración por el comerciante chino degollado en Carmona

Homenaje al señor Wan

  • La comunidad china despide a la víctima.

  • La juez envía al presunto asesino a prisión.

Decenas de ciudadanos chinos llegados de toda la provincia de Sevilla homenajearon este lunes en Carmona a Jian Lian Wan, el comerciante chino de 51 años asesinado el sábado por la tarde por un delincuente habitual, Alfonso García Rodríguez, el Gonso, que le robó una litrona de la tienda que regentaba en la calle San Pedro. La comunidad china de Sevilla pidió explicaciones por el hecho de que el Gonso, con más de cien detenciones en su historial, estuviera en libertad. "Pedimos más seguridad y justicia, no sólo para nosotros los chinos, sino para todos los españoles. Hace falta una mayor severidad para este tipo de delincuentes. No se puede volver a repetir lo que ha ocurrido con nuestro compatriota", decía este lunes Luis Sun, portavoz de la comunidad china en Sevilla.

Tampoco se lo explican los españoles, que no entienden cómo el Gonso podía estar libre. El alcalde de Carmona, Juan Ávila, se lo explicaba al cónsul Zhu Jian, llegado de Madrid para participar en el homenaje al señor Wan. "Sus propios padres habían pedido al juez que lo metieran en prisión porque estaba descontrolado", decía el regidor. El Gonso tiene un tío policía local y otro familiar en la Guardia Civil. No pertenece a ninguna familia desestructurada pero lleva años delinquiendo.

El acto se celebró en la Puerta de Sevilla, a escasos cien metros de la tienda de Wan. Durante el mismo, la viuda de la víctima, Sumei Chen, y los hijos, Dong Wan Wan y Dong Jun Wan, desplegaron un pequeño altar con una corona de flores, velas y unas fotos del difunto. Sus paisanos fueron dándoles el pésame, con la mujer rota de dolor y los hijos firmes, vestidos de negro y cubiertos con prendas blancas.

Poco antes, el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Carmona, en funciones de guardia, ordenó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del Gonso. La juez tomó esta decisión a petición de la Fiscalía, que calificó en un principio los hechos como un delito de robo con violencia con uso de arma blanca y con resultado de muerte. El detenido se acogió a su derecho constitucional a no declarar. Tras ocurrir los hechos, el arrestado se refugió en la vivienda de su madre, por lo que la Guardia Civil solicitó autorización judicial para poder entrar en el inmueble y proceder al arresto del sospechoso, que, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia fue seguidamente concedida por la juez. En cambio, otras fuentes del caso apuntaron a este periódico que la magistrada no dio la orden en un principio y emplazó a los agentes a la mañana siguiente, si bien rectificó durante la madrugada después de que el sospechoso arrojara un cóctel molotov a la Guardia Civil.

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