64 festival internacional de música y danza de granada

Noche inaugural con sabor a libertad

  • Granada acogió la primera representación íntegra de 'Egmont' en 60 años con una magistral Orchester Wiener Akademie y un majestuoso Charles Dance.

En mi caso no relaciono a Charles Dance con la famosísima serie Juego de Tronos, donde interpreta a lord Tywin Lannister, sino con Rebecca, de Daphne du Maurier. En una excelente versión para la BBC de esta famosa novela, Charles Dance borda a Max de Winteur, el solitario y misterioso propietario de Manderley. De hecho, el actor llegó ayer a Granada con camisa blanca y pantalón oscuro en un espectacular BMW, firma oficial del Festival, recordando todavía más al multimillonario De Winter bajándose de su coche para tratar de olvidar su tragedia, en los casinos y hoteles de lujo de la Costa Azul.

Los actores británicos del nivel de Charles Dance tienen una fabulosa formación teatral que imprimió la calidad que merece la interpretación del Egmont que tuvimos la oportunidad de presenciar anoche, en la inauguración del Festival. Su voz como narrador fue fabulosa, era una delicia dejarse llevar por su inglés perfecto y una entonación digna de una tragedia que se convertirte en arte gracias a la música de Beethoven y al texto de Goethe.

El autor de Fausto se inspiró en el conde de Egmont, príncipe de Flandes, para crear una obra que te lleva en volandas a un episodio basado en hechos reales, ocurrido en la Bruselas del siglo XVI. La partitura de Beethoven sabe transmitir la alegre personalidad de esta ciudad flamenca, próspera gracias a su intensa actividad comercial donde destacaba el negocio de la lana, pero al mismo tiempo agobiada por su falta de libertad, a causa de la opresión del Imperio Español.

Los compases y el texto nos muestran a un risueño y despreocupado Egmont enamorado de la ingenua Clara. Un conde que no se conforma con la falta de libertad a la que España somete a su pueblo y decide, al precio que sea, hacer frente a esa tiranía. El precio, como suele ocurrir en estos casos, es alto y resultó especialmente emocionante en las voces de Charles Dance y de la soprano Bernarda Bobro. Impecable la Orchester Wiener Akademie dirigida por Martin Haselbock.

La velada, como es tradicional, comenzó con el cóctel previo en el Carmen de los Mártires, cita imprescindible para ver y ser vistos e intercambiar opiniones. Uno de los comentarios, la decepción -sobre todo entre las señoras- de no poder ver al conde de Valmont, John Malkovich, que finalmente no ha venido al Festival Internacional de Granada por problemas de agenda con un rodaje, aunque la producción de Egmont llevaba su firma y una ambientación similar a Las amistades peligrosas.

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