La compañía de títeres Espejo Negro, una de las mejores de España, presentó su divertido espectáculo 'La Cabra' en la Huerta de San Vicente. Catorce años después de su estreno, miles de kilómetros recorridos y actuaciones desde Inglaterra a Japón pasando por Puerto Lumbreras, la obra volvió a sorprender a los niños y padres que acudieron a la representación.

Ángel Calvente se calza nuevamente sus botines y se pone al frente de esta singular familia. Se trata  de un regreso a las calles de uno de los mejores espectáculos de marionetas, con un montaje aplaudido por crítica y público que revolucionó el concepto de teatro de calle, donde Calvente puso de manifiesto toda su habilidad en la fusión entre marionetas como lo demuestra su palmarés: ha sido reconocido en el Festival Internacional Teatro de Calle de Valladolid 2001 y ha estado nominado en los Premios Max al mejor espectáculo infantil. 

La cabra recrea la vida de una troupe de marionetistas gitanos que irrumpe en medio de la calle entre palmas y música de raza. Abocados al arte de la calle se buscan la vida pidiendo con desparpajo a la gente. Cantes flamencos y discotequeros, y auténticos zapateados sobre cajas de cartón realizados por la La Cabra y la abuela de la familia, auténtica bailaora de goma-espuma, pegamento y fieltro, en un singular cuadro flamenco. Las marionetas harán poner a prueba la paciencia y la imaginación de todo el clan familiar y la sorpresa y admiración del público.

Un guiño de complicidad y de aunar disciplinas artísticas que a primera vista parecen imposible de mezclar con la sorpresa, la diversión y la provocación, pero que al final consiguen un perfecto mestizaje entre actores y marionetas.