No ha sido fácil, pero Nacho Vigalondo (Cabezón de la Sal, 1977) ya puede mostrar Los cronocrímenes (2007). Ayer lo hizo en el cinefórum del Festival de Málaga. Cine Español ante unos sorprendidos adolescentes. Tras un rodaje accidentado, y muchos problemas en España para estrenarla -no tantos en Estados Unidos-, el cántabro que ama los tebeos, los videojuegos y los blogs, ya puede pensar en cómo promocionar su primer largometraje, que convence a quien lo ve.

-¿Qué tal con los chavales?

-Muy bien, fantástico. Es un alivio porque nunca sabes cómo va a funcionar. Un público muy imprevisible pero muy agradecido.

-Hasta ahora, quienes han visto Los cronocrímenes, ¿entienden la película?

-Hay debate con la película. Si hubiese querido hacer una obra explícita la hubiese hecho pero, más allá de la complicidad o el rechazo, la discusión me parece más interesante.

-¿Por fin tiene distribución la película?

-Sí, vamos a estrenar el 27 junio. No puedo estar más contento. Pero son muy pocas las copias. Creo que serán unas 50. Se intentará crear un marketing curioso, aunque no tenemos un grupo mediático importante detrás. Con cosas como el Cronojuego haremos cosas interesantes.

-¿Y qué es el Cronojuego?

-Es como una pequeña película con la que sólo se puede jugar con puzles.

-¿Cómo el juego de internet de Perdidos?

-Exacto, pero con premios de verdad, que sean sustanciosos. A mí me encantan las aventuras gráficas y los videojuegos, creo que va a ser magnífico, que combina internet y será fantástico para la promoción de la película. Va a ser muy divertido.

-¿Nacho Vigalondo crearía un videojuego?

-Desde niño he estado soñando con hacer videojuegos. Jamás podré programar, soy un auténtico negado, pero imaginar películas con las que se puede interactuar creo que va a ser el lenguaje del cine. Cuidado con los videojuegos.

-¿Pensando en el futuro?

-Yo soy fan de esta época. Me parecería muy triste añorarla dentro de 20 años. Me encanta el presente, soy fanático del presente. No echo de menos ni mi niñez ni mi adolescencia, en absoluto. Marcar distancias con los nuevos lenguajes o formatos es de ignorantes. Me encanta YouTube y habría matado por tenerlo en mi adolescencia.

-Las técnicas avanzan que es una barbaridad.

-Ojalá algún día el cine sea tan accesible como escribir a lápiz. Al final, lo que cuenta es el talento, no la técnica.

-¿Y los tebeos?

-Ahora estoy leyendo mucho Marvel, más que nunca; estoy fascinado con lo que están haciendo. Soy fan de Mark Millar, él es un ejemplo. Su miniserie de Spider-man es la película que todos los fans queremos ver. Hay seis o siete series Marvel de gran nivel. Y la clave es que han abierto las puertas a guionistas que vienen de la televisión. Para mí, lo raro es que no se hiciera antes.