Pasarela

Carlos, 60 años a la espera de un trono

  • La reina Isabel II celebró este jueves una cena y un concierto en el palacio de Buckingham en honor a su hijo, el príncipe Carlos de Inglaterra, para festejar su cumpleaños

A la edad a la que algunos obtienen la jubilación el príncipe Carlos todavía sigue siendo heredero a la corona en su sesenta cumpleaños tras un principado repleto de escándalos.

El príncipe apasionado, adjetivo que se ganó tras las mutuas infidelidades en su primer matrimonio con Lady Di, ha cambiado por el sosiego que le ha devuelto su segunda esposa, la duquesa de Cornualles, título que obtuvo tras el enlace civil, Camilla Parker Bowles. Una ceremonia no exenta de polémica, y también rechazo por los ciudadanos que nunca aprobaron los encuentros del príncipe con su esposa y posiblemente, futura reina de Inglaterra. Sólo un 17% de los británicos lo aprueba. “Pero –agrega el futuro rey– me gustaría pensar que, después de todo, la gente pudiera llegar a la conclusión de que muchas de las cosas que he tratado de hacer no son locuras”. Con motivo de su aniversario ha declarado que “está en las manos del Señor que esté vivo a la muerte de mi madre, o si para ese entonces tendré aún todas mis facultades mentales”, unas palabras que reflejan gran tristeza, porque será entonces cuando alcance el trono, y a pesar de ser algo que siempre ha deseado, no lo quiere, según la opinión de Penny Junor, la biógrafa que ha preparado el libro Carlos a los 60: el príncipe apasionado.

Sin embargo Carlos comenta que nunca se ha sentido frustrado por el reinado de su madre, que a sus 82 años de edad conserva perfectamente las facultades mentales. “Toda mi vida he sentido que he debido justificar mi existencia. He hecho poca cosa, pero al menos es algo”, aclara Carlos, que creó su fundación benéfica en 1976.

Carlos ha demostrado su gusto por la arquitectura, la ecología y la agricultura orgánica, aunque ante la pregunta de si continuará hablando sin pelos en la lengua sobre ecología en su reinado responde “no sé, no sé... tal vez no”.

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