Rocío Calvo

"Ser actriz no es, ni mucho menos, una profesión justa"

  • Es Rocío Calvo o, lo que es lo mismo, Semifusa en 'El Club Pizzicato', el espacio infantil que intenta acercar a los niños el mundo de la música clásica. A ella, en cambio, no le hizo falta un empujón para amar el espectáculo. Le viene de casta.

Es perito mercantil pero su gracia natural y carismática personalidad la destinaron desde muy pequeña al mundo del espectáculo. Algo que no es complicado teniendo en cuenta que ha nacido en una familia de artistas. Sus padres hicieron despertar en su interior el gusanillo por los focos y los escenarios, aun sin proponérselo. Y es que, en este caso, queda constancia de que la artista no se hace sino que nace. Con un currículum tan amplio como su sonrisa, Rocío Calvo no para un minuto. Durante su carrera ha participado en diversas obras de teatro, series de televisión, películas y cortometrajes. Ha trabajado con grandes profesionales de este país y, para muchos, es la reina de la comedia española; aunque aún en la sombra. Ahora, como Semifusa en El Club Pizzicato enseña a los niños a amar la música clásica y, en los próximos meses, participará en las obras teatrales El Director y Calamares a la Romana, de Secun de la Rosa. En televisión, la veremos este verano en El secreto del Puente Viejo.

l "Hay que sacrificar muchas cosas para conseguir tus sueños". "Ser actriz no es , ni mucho menos, una profesión justa. No siempre el que está en el candelero vale más como profesional. Hay muchos actores que están a la sombra, unos llegan a triunfar y otros no. Tocar el cielo en esto es cuestión de muchas cosas, y no sólo trabajo. La suerte influye mucho, por ejemplo. Yo, por eso, intento currar y seguir mi camino. Esto es lo que quiero, es mi vocación y, aunque no es nada fácil, tengo que seguir adelante con esfuerzo y fe en mí misma".

l "De pequeña era el patito feo de mi clase". "He vivido el clasismo en mis carnes. Mis padres se han dedicado toda la vida a la danza y eso me obligaba a ir a un colegio privado. En aquellos años, mis compañeras eran todas muy pijas y yo la hija de unos artistas. Imagínate. Se reían de mí porque mi padre iba a recogerme con pantalones de campana y la melena hasta el hombro. Aún así, cuando salía de viaje con ellos por Europa y España aprendí mucho de la gente que conocí. Eso me hace abrirme mucho más y tener facilidad a la hora de relacionarme. Esa época me ha servido mucho en mi vida, aunque todavía me da mal rollo cuando paso por la puerta del colegio" (ríe).

l "Mis padres no querían que me dedicara a este mundo". "Ellos saben lo difícil que es esta profesión y querían que estudiase. Así lo hice. Soy perito mercantil, pero reconozco que entre clase y clase de derecho, cálculo y contabilidad me aburría soberanamente. Yo quería ser actriz y fue un compañero el que me abrió los ojos. Desde entonces, empecé a estudiar teatro y danza. Es lo que yo digo, es imposible que no me llame este mundillo cuando mi madre bailó embarazada de mí hasta los siete meses y con menos de un año ya estaba en un camerino. Es un trabajo duro pero gratificante. Y soy feliz. He crecido sabiendo que esto es complicado. Se suponía que lo sabía...".

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