Pasarela

Muchos volantes, menos lunares

  • Juana Martín, Hermanas Serrano, Pitusa Gasul, Sara de benítez, Angeles Verano, Nuevo Montecarlo, Luchi Cabrera Carmen Jarén y Diseños Molina presentaron sus colecciones

A las cuatro y media de la tarde era la hora prevista para que, Juana Martín, derrochara sobre la pasarela ese talento innato para la creación flamenca que, desde el comienzo de su carrera, ha demostrado. Y, aunque parecía difícil superarse -por unos antecedentes previos que siempre han dado mucho que hablar-, la cordobesa lo consiguió desarrollando una puesta en escena que produjo un auténtico estallido de colores y donde, especialmente el rojo y el amarillo, aportaron una nota de vida sobre la pasarela del Simof. Aparte, una línea en crudo y algunos conjuntos en negro complementaron un espectáculo dentro del que se fusionó la moda urbana actual con unas muy trabajadas hileras de volantes que, sumando un grandioso volumen, embellecían hasta el extremo la figura femenina. Cuerpos con aires lenceros y otros completos de flecos incorporaban movimiento, fuerza, genio y carácter que, cómo no, despertaron los enfervorizados aplausos del público. Sobre altos zapatos de plataforma, negros, rojos y amarillos, Juana hizo desfilar a unas modelos entre las que no faltaron opciones de calle, eso sí, con un marcado sentido aflamencado.

Claro que, antes y después de la diseñadora, hubo lugar para otras muchas profesionales como las Hermanas Serrano quienes, la primeras del día, apostaron, como casi todas las firmas, por pocos lunares y, en su defecto, lisos y estampados con profusión de tiras bordadas y cintas y mangas, otra tendencia, medias o, sobre todo, largas. Posteriormente, Sara de Benítez realizó originales escotes con un hombro al aire y el otro cubierto con tirantes e incorporó numerosas chaquetas -otro elemento en auge- junto a bolsos a juego confeccionados en base a pequeños volantitos idénticos a los de cada vestido al que pertenecían. Presencia estelar aquí de Patricia Rodríguez, Miss España del año pasado que, al lado de Marisa Jara, constituyeron otros dos atractivos del capítulo matutino. Por su parte, Pitusa Gasul se inspiró en los años 30 e incorporó una profesión de detalles, como madroños, pasamanería o lazadas de tela, los cuales sobresalieron entre una amalgama de tejidos en grises, rojos y negros.

En la sobremesa, ya después de la mencionada Juana Martín, tocó el uno de un carrusel de nombres del sector que encabezó, por cercanía con la anterior, Ángeles Verano. Fiel a su estilo, la sevillana utilizó la paleta de pasteles, azules y rosas, para unas suaves caídas con asimetrías en los volantes, escotes redondos y en pico y mangas a la sisa. No podían faltar sus clásicos mantoncillos transparentes pintados a mano y, gran novedad, unas peinas con flores y motivos anacarados ideadas por la artífice de esta colección. En Nuevo Montecarlo resaltaron unos encajes que, distribuidos en diversas partes de la anatomía, contribuyeron a dar una compacta imagen de homogeneidad en la que destacó la favorecedora paleta cromática aplicada.

Llegando al tramo final, Luchi Cabrera realizó un tránsito titulado 'Entre incienso y farolillos' y partió de varias piezas en un muy elegante negro, con transparencias, a través de lo que fue un claro homenaje al respeto y la sobriedad de la Semana Santa. De seguido, la Feria se coló en la pasarela a ritmo de sevillanas y, con ella, regresaron los verdes, fucsias y azules tanto en largos tobilleros como en los imprescindibles, y sesenteros cortos, divertidos y punibles siempre. A continuación, Carmen Jarén recordó a su tierra, Lebrija ('Nebrixa') desde la sencillez del trabajo bien hecho y sin excesos ("Menos es más") y con el lino de doble cara como principal tela en una confección que se cerró con una excepcional recreación de un torero y una menina dibujadas ambas sobre los dos últimos modelos presentados. Por último, Molina Moda Flamenca se estrenó, por vez primera en este salón, con una filosofía festiva en la que se daban la mano raso con dorados, encajes y lacitos y superposiciones de excepcionales enrejados brillantes. Al fin y al cabo, soñar no es siempre un imposible.

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