La Alhambra, dentro de su línea de trabajo para convertirse en un foco de atracción y ulterior difusión de visitantes por toda la provincia, firmó ayer un acuerdo con la Consejería de Medio Ambiente para promocionar entre los turistas los atractivos del Parque Nacional de Sierra Nevada. Con esta firma se puso en marcha un proyecto para dar a conocer de forma conjunta los recursos turísticos del patrimonio cultural y natural propios de estos enclaves y llamar la atención sobre las relaciones existentes entre unos espacios reconocidos internacionalmente.

El proyecto denominado La Alhambra y Parque Nacional de Sierra Nevada, que fue presentado ayer por el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Luis Planas, y el presidente del Espacio Natural de Sierra Nevada, Federico Mayor Zaragoza, vincula a estos dos lugares, uno reconocido por la Unesco como Patrimonio la Humanidad y el otro como Reserva de la Biosfera.

El inicio del proyecto, que según la directora del Patronato de la Alhambra, María del Mar Villafranca, marca una línea de trabajo "continua y permanente", se ha materializado de momento en la edición de un tríptico informativo común.

Este documento se distribuirá en el punto de atención al visitante ubicado en la entrada del monumento y en la red de establecimiento turísticos de la zona, adheridos a la Carta Europea de Turismo Sostenible y a la marca Parque Natural.

A la edición del referido tríptico, se unirá una audioguía de la Alhambra en la que se ha incorporado una sección específica sobre los vínculos del monumento nazarí con Sierra Nevada.

La presentación se celebró en el Mirador de la Torre de la Pólvora, desde donde se puede apreciar la parte occidental del macizo montañoso y quince picos por encima de los 3.000 metros de altitud, entre los que destaca el Veleta, como explicó Luis Planas.

Desde esa ubicación se pueden observar asimismo tres paisajes geológicos diferentes en bandas concéntricas. La primera es el área de cumbre cubierta de nieve gran parte del año. Modelada por los que fueron los glaciares más del sur de Europa, alberga la comunidad de plantas e insectos más valiosa, únicos en el mundo, y es el corazón del Parque Nacional de Sierra Nevada.

La zona intermedia con calizas y dolomías de color blanquecino. Con bosques de pinos y encinas atravesados por angostos barrancos y escarpadas cresterías, como la de los Alayos de Dílar. Y la cota interior, cuyas estrivaciones alcanza a la misma ciudad de Granada, concretamente la parte más antigua, la del Albaicín y la Alhambra.

La vista que se tiene de Sierra Nevada desde la Alhambra corresponde a la zona a la parte occidental del macizo, abarcando desde el área de cumbres que va desde el Picón de Jerez, la primera elevación de la izquierda, hasta el Caballo, con numerosos. Aunque sí se ve el Veleta, el Mulhacén, por la perspectiva, apenas si asoma por la izquierda de este.

Pero Villafranca recalcó ayer que la relación entre el parque de Sierra Nevada y el monumento "no es sólo una línea de horizonte sino que también hay una serie de relaciones históricas". "Se ve tanto en lo físico como en lo popular, hasta en el lenguaje con palabras como picacho o neveros", destacó María del Mar Villafranca, para quien "la unión es muy positiva".

La iniciativa pretende hacer hincapié en las relaciones que desde el punto de vista histórico, paisajístico y de recursos unen a ambos espacios, tal y como descubrieron los viajeros románticos, según recordó ayer la directora del Patronato. "Este año se concreta en los folletos, la web y la audioguía, que darán a conocer estos vínculos", dijo la directora, quien adelantó que el programa de visitas guiadas por especialistas incorporará también investigadores del parque.