Condenados por ley, calificados de enfermos mentales, e incluso tachados de ser antinaturales. Estas son algunas de las situaciones que tuvieron que soportar los que pertenecen al colectivo de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI) en el siglo pasado. Todo aquel que presentaba una orientación sexual o una identidad de género diferente a la que se le asignó al nacer. Rafael Varón es presidente de la fundación Arco Iris en Granada, y tiene su sede en Guadix. En sus años de instituto, Rafael con 16 años sufrió acoso escolar, y tuvo que cambiar hasta en tres ocasiones de centro. La respuesta por parte de los orientadores solía ser siempre la misma: "Son solo bromas de tus compañeros", recuerda con amargura. Ante la incomprensión y la falta de apoyo, acabó por darse de baja en la ESO para entrar en una escuela de adultos. Finalmente tomó la decisión de asistir a la antigua asociación Colegas, que pasó a llamarse Arco Iris. Ahí conoció a Gonzalo Serrano, actual presidente de Arco Iris Andalucía, y recibió "gran apoyo desde la fundación", cuenta Rafael. Ahora él realiza actividades, charlas y talleres para colegios e institutos. "A diferencia de otras asociaciones, desde Arco Iris, trabajamos más desde el ámbito de la educación", explica Rafael.

Concretamente, Arco Iris trabaja en cuatro ámbitos. El primero es el educativo. Acuden a colegios e institutos para dar charlas sobre el tema e imparten talleres. "También damos información, siempre de manera gratuita,al profesorado", cuenta Rafael.Según Gonzalo, a través de los niños se puede percibir cómo la sociedad ha cambiado. "Ellos no conciben la idea de que una persona puede entrar en la cárcel por su orientación sexual". "Lo viven con gran naturalidad". Desde los colegios se puede observar el cambio de mentalidad en la sociedad acerca del colectivo. Las familias son otra de las áreas en las que trabajan desde la asociación. Se encargan de ofrecerles información y también se dirigen a aquellas familias con progenitores LGTBI, en los que se producen encuentros con otras familias. "Así sus hijos ven que no son los únicos , sino que hay más en la misma situación", comenta Gonzalo.

En el aspecto deportivo hacen hincapié en reducir la agresividad en el lenguaje, que en "muchas ocasiones resulta homofóbico", lamenta Gonzalo. La última área está enfocada al cuerpo policial. La asociación les aporta información y los forma para saber cómo actuar en casos de discriminación hacia el colectivo. La primera formación sobre delitos de odio y discriminación se impartió en junio, y ahora en octubre se vuelve a impartir para más agentes de policía local y nacional.

Hace unos meses nació una nueva asociación: Granada Visible. Uno de sus miembros, José Manuel del Águila, explica que surgió para cubrir las necesidades de la capital, "pues Arco Iris está más enfocada a la zona de los pueblos". Desde que se formaron ya han realizado diversas actividades. "La primera fue un acto de repulsa por los encarcelamientos y asesinatos que se produjeron en Chechenia", declara José Manuel. El 17 de mayo y el día del orgullo también organizaron talleres, que suelen tener un formato más reivindicativo y critico, "porque es una manera de calar más en la sociedad, que si lo haces a través de un manifiesto", explican desde Granada Visible. Desde esta organización pretenden visibilizar al colectivo y los problemas que aseguran que aún están presentes. Al igual que Arco Iris, creen que se debe trabajar más en el área educativa, pues sugieren que los centros deben replantear un programa que abarque la diversidad sexual.