Granada

Astronomía, Música y Humanidades

  • En defensa de la presencia de la Música en el Sistema Educativo

Robert Fludd (1574-1637) Dios ordenando el Cosmos.

Robert Fludd (1574-1637) Dios ordenando el Cosmos. / granada hoy

Corren malos tiempos para las Humanidades en general y para quien mejor las representa, la Música, en particular. Según parece, en algún borrador del Ministerio de Educación, la asignatura de Literatura Universal ha sido retirada del segundo curso de Bachillerato para moverla a primero. En la Lomce, lo poco conseguido en los últimos treinta años para la recuperación de la Música y su integración en el sistema educativo general (además de en la enseñanza profesional de los Conservatorios), se volatiza de un plumazo al convertirla en optativa y al libre albedrío de las Comunidades Autónomas. Todas las papeletas para volverla a convertir en una 'María', como lo fue durante el Franquismo, asociada su enseñanza con la Sección Femenina, rémora que aún hoy parece estar en el imaginario de algunos de nuestros responsables políticos.

La necesidad de dar un nuevo uso al ya obsoleto Observatorio de Cartuja, deshabitado y en un cierto abandono desde 2009, año en el que dejó de ser la sede del Instituto Andaluz de Astrofísica, hizo que nos propusiesen el traslado del Departamento al Observatorio, por la necesidad urgente de ampliar la Biblioteca de la Facultad con el edificio contiguo en el que estaba el departamento.

Un rasgar de vestiduras por este nuevo destino del Observatorio acometió a preclaras voces expertas en patrimonio, diciendo uno que era una aberración que un "Centro dedicado siempre a la Investigación se dedicase a la Música" (¿?), mientras que otro colega, igualmente experto, no dudaba en calificarnos de "okupas", advirtiéndonos que nos desalojarán en cuanto puedan.

Estas reacciones no vienen sino a confirmar la urgente necesidad de una mayor presencia de la Música en la educación, por el profundo desconocimiento que suponen de su ubicación en el mundo de la ciencia y de la cultura.

Astronomía y Música

La tradición pitagórico-platónica situó a la Música en el mundo de las Ciencias. Pitágoras estableció que cada sonido de la escala musical depende en su vibración de la misma proporción numérica que regula las distancias de los planetas, a cuyo conjunto denominó Macrocosmos (el gran mundo), y también equilibra al propio ser humano, el Microcosmos (el pequeño mundo). La Música es el poderoso arte que establece el orden y la armonía del discurrir de los planetas en sus órbitas y de la salud física y mental del propio ser humano.

La 'Música de las Esferas' ocupó un lugar preferente en la cultura occidental, y quedó magistralmente descrita por Cicerón en El sueño de Escipión, 6º libro de su obra De re publica: "[…] esas ocho órbitas, dos de las cuales poseen poderes idénticos, [DO, re, mi, fa, sol, la, si, DO] producen siete sonidos que se distinguen por sus intervalos, y este número siete es como la clave de todas las cosas. Los hombres sabios, al imitar esto con las cuerdas y los sonidos, se abrieron a sí mismos el camino de regreso a esta región, del mismo modo que lo han hecho otros que, gracias a su genio excepcional, han dedicado toda su vida a los estudios divinos".

San Isidoro de Sevilla patrón de nuestra Facultad, escribiría que "Sin la música, ninguna disciplina puede ser perfecta, puesto que no puede existir nada sin aquella. Se dice que el Universo se mantiene unido gracias a determinadas armonías sonoras y que los propios cielos permanecen en rotación gracias a ciertas modulaciones armónicas", afirmación que ya figuraba en el psalmo 18:2 de la Vulgata, cuya leyenda se inscribió en el friso de la portada del Observatorio: "Caeli enarrant gloriam Dei", "Los cielos cantan la gloria de Dios". la Música fue, desde Boecio, la más importante de las cuatro disciplinas que integraban las Artes Liberales del Quadrivium relacionadas con el número: la Aritmética, la Geometría, la Astronomía y la Música, y en estrecha relación con las otras tres artes liberales del Trivium relacionadas con la palabra: la Gramática, la Retórica y la Dialéctica.

Esta es la razón de que la Música sea la más humanística de las disciplinas y un poderoso recurso educativo por su transversalidad y relación tanto con las Ciencias como con las Letras.

Christoph Drösser, en su libro La seducción de la música (Ariel, 1912) se propone desmontar el prejuicio del mundo académico convencional que se resiste a considerarla objeto de estudio e investigación, a pesar de que "la Música no deja indiferente prácticamente a nadie" informando en sus páginas de los importantes descubrimientos de la neurociencia sobre el poder e influencia de la música en el ser humano.

La nueva sede del Departamento, en el antiguo Observatorio de Cartuja, viene al reencuentro de la Música con la Astronomía y a poner a la música en su justo lugar en lo que a la Ciencia se refiere.

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