La fiebre deportiva está cada vez más extendida. Las grandes cadenas de gimnasios copan los locales de las calles granadinas y su huella es cada vez más amplia y arraigada entre nosotros. No obstante, hay gente que aún prefiere ir a hacer ejercicio a locales algo menos concurridos, más íntimos y cercanos.

Esto es lo que ocurre en la Asociación de Mujeres María Zambrano de Ogíjares, una entidad que lleva casi tres décadas en funcionamiento y cuya propuesta aúna diversión, deporte y cultura.

La asociación se creó en 1990 para ayudar a las mujeres del municipio a abrirse un poco con respecto a su marido, a salir de casa y, en definitiva, ofrecer otra opción de vida alejada de la vertiente doméstica que tan arraigada estaba para las mujeres hace varias décadas.

"Fue algo muy curioso, porque al poco tiempo de fundarse la asociación, me propusieron desde la directiva - en la que yo misma estaba incluida- dar clases de gimnasia", comenta Raquel Encinas, la monitora deportiva y terapeuta de la asociación.

Esta propuesta supuso una nueva vertiente en las actividades de la asociación que, en un principio, estaba enfocada al esparcimiento de la mujer y a fomentar su aprendizaje mediante talleres y cursos reivindicativos para enseñarles que hay un mundo más allá del papel de ama de casa.

La transición desde lo que era la asociación a lo que es hoy en día se fue produciendo de forma natural conforme la mujer iba evolucionando socialmente. Conforme fueron entrando al mundo laboral, fueron conscientes de que necesitaban encontrarse mejor físicamente y adoptar unos hábitos de vida más saludables. Entonces empezaron a acudir más seguidamente a las clases deportivas.

Al ver que los talleres y las charlas fueron perdiendo el interés para los miembros de la asociación, se fueron eliminando y la misma quedó como un espacio única y exclusivamente deportivo y cultural. Con el paso del tiempo, la asociación se fue abriendo más y se admitieron hombres, aunque actualmente ninguno forma parte de la asociación. "Nunca se le cerró la puerta al sector masculino, pero lo cierto es que, en los inicios, eran las mujeres las que estaban más necesitadas de un espacio para ellas, por eso surgió así el proyecto", señala Raquel Encinas.

La parte cultural de la asociación queda a cargo de Dolores Merino, una de las socias de la entidad que es quien prepara las salidas grupales, las cuales se realizan una o dos veces al mes y sirven para enseñar a las personas que quieran -sin necesidad de que sean socios de la asociación- diferentes partes y lugares culturales de Granada.

"Dolores hace una labor excelente" señala Conchi Pontes, vicepresidenta de la asociación, "Fue profesora de Historia y, por ello, se sabe desenvolver muy bien a la hora de hablar de los monumentos, lugares y espacios que visitamos. Y todo lo hace de manera voluntaria y preparado por ella misma, las salidas no tienen coste alguno excepto lo que valga la entrada del sitio."

Las actividades deportivas en la asociación se dividen en tres partes. Por un lado el aerofitness, que incluye las rutinas de step, baile y aerobic así como GAP y ABS, estiramientos y gimnasia localizada en diversas partes del cuerpo. Esta actividad se ofrece tres días a la semana en la asociación.

En segundo lugar, pilates, empezado desde un nivel básico para que todo el mundo aprenda y evolucione a lo largo del curso. El pilates se complementa con sesiones de yoga, que corren a cargo de otra profesional, dos veces a la semana.

Por último, la asociación cuenta con rehabilitación activa funcional para personas mayores, unas sesiones que sirven para que personas de la tercera edad hagan ejercicio acorde a su condición física y así mejorar su calidad de vida.

La Asociación María Zambrano es un proyecto cuya principal propulsión son sus integrantes. Es una organización independiente de cualquier otro organismo municipal o institucional que principalmente se sostiene mediante las aportaciones de sus socios y de la cuantía mensual que se les aplica a los mismos.

En la actualidad cuentan con alrededor de 60 socias, y esperan que este número aumente y poder seguir integrando la vida deportiva en la sociedad, de una manera constante, saludable y sin caer en una práctica obsesiva, malsana y sin control.