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Bellotas en la mesa del príncipe

  • La Facultad de Trabajo Social organiza un acto dentro de la iniciativa 'Prácticas Solidarias' en la que el padre Ángel cuenta su vinculación con Granada y su lucha contra la exclusión

Teresa Díaz, Teresa Ortega, el padre Ángel y José Luis Cabezas, ayer en el aula magna de Ciencias Políticas.

Teresa Díaz, Teresa Ortega, el padre Ángel y José Luis Cabezas, ayer en el aula magna de Ciencias Políticas. / granada hoy

"En Granada hubo un antes y un después". Ángel García Rodríguez, más conocido como padre Ángel y por su labor al frente de Mensajeros de la Paz, relató ayer, en el acto organizado por la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Granada y que acogió Ciencias Políticas, cómo Granada marcó, a finales de los 70, en parte su trayectoria vital. "Vine con tres seminaristas", comenzó a relatar el párroco. El motivo de su visita hace unos 40 años era conocer un "reformatorio en el Albaicín". El Ministerio de Justicia había ofrecido al padre Ángel la posibilidad de que se hiciera cargo de la gestión del centro. "En esa casa había mesas, manteles, platos... y jaulas. Eran para castigar a los niños", enumeró el cura. "En los platos había bellotas". "Esto también se lo comen los niños", recordó el padre Ángel que le contestaron sobre los frutos.

"Me las metí en el bolsillo", rememoró ayer el párroco en el aula magna de Ciencias Políticas. El cura, cuando regresó a Madrid, se puso en contacto con las autoridades. Lo intentó sin éxito. Decidió entonces enviar el mismo mensaje, pero por otra vía. "Las bellotas se las mandé al rey, al presidente, Adolfo Suárez, y al ministro de Justicia, que en esa época era Landelino Lavilla. Les escribí 'Para que se las coman vuestros hijos'". Aquel mensaje caló y trajo consecuencias. El asunto de las bellotas del reformatorio de Granada se trató en consejo de ministros y el padre Ángel, recordó ayer, cesó de sus responsabilidades. "Los políticos son así de vengativos". Sobre las consecuencias finales de aquel envío, el párroco incidió en que "hemos conseguido" que a los niños de centros como aquel de Granada se le trate con "dignidad".

La presencia del padre Ángel en Ciencias Políticas estuvo arropada por medio centenar de personas sin hogar. Todos llegaron de Madrid a media mañana con una agenda muy apretada que incluyó el acto en Ciencias Políticas y visita a la Alhambra. Para recibir al cura y a sus "monaguillos" asistió la rectora de la UGR, Pilar Aranda, que destacó que la Universidad es también un "lugar" en que "trasladar a las generaciones más jóvenes el ejemplo" de la solidaridad. El acto, bajo la iniciativa denominada Prácticas Solidarias, contó también con la presencia de la vicerrectora de Responsabilidad Social, Igualdad e Inclusión, Teresa Ortega, que tuvo unas emotivas palabras para su profesora de Historia en el Instituto Juan XXIII del Zaidín, que estaba presente en el acto. Entre el público, un rostro conocido, Cándido Méndez, que fuera secretario general de UGT, y que ayer estuvo en Granada como voluntario de Mensajeros de la Paz.

La decana de Trabajo Social, Teresa Díaz Aznárte, reivindicó el papel de la Administración pública en paliar los efectos de la crisis y criticó que "falta intensidad" en la intención de mantener el estado de bienestar. "La vulnerabilidad social se mueve", alertó la decana. En la charla, el padre Ángel destacó "solidaridad es dar de lo que tenemos, no de lo que nos sobra".

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