Caja Rural de Granada ha cerrado el ejercicio 2008 con una tasa de morosidad del 2,2 por ciento -cerca de 1,3 puntos por debajo de la media del sector financiero español (3,65 por ciento)- y con un descenso del 7,9 por ciento de los beneficios antes de impuestos, que fueron de 34,9 millones de euros.

Así lo ha indicado hoy en rueda de prensa el director general de la entidad, Dimas Rodríguez, que ha valorado el hecho de que el riesgo de inversión de la Caja esté centrado en particulares y pymes, así como en empresas del sector primario y cooperativas, lo que según él explica la baja tasa de morosidad, "teniendo en cuenta la situación económica".

Rodríguez también ha precisado que la Caja cuenta con una cobertura del 113,3 por ciento de sus dudosos con fondos de insolvencia, un porcentaje que según él "duplica la media del sector".

En 2008 se concedieron 3.708 créditos a clientes (0,1 por ciento menos que en 2007), de los cuales un 43 por ciento (1.598) procedieron de las 21.000 nuevas operaciones registradas el año pasado.

También aumentó el ratio de liquidez de Caja Rural en más de seis puntos, pasando del 21 por ciento en diciembre de 2007 al 27,5 por ciento en el último mes del año pasado.

Los recursos propios de la Caja al cierre del ejercicio han sido de 362,7 millones de euros -situando el ratio de solvencia en el 12,51 por ciento-, mientras que los de clientes superaron los 2.946 millones de euros, lo que supone un crecimiento de cerca del dos por ciento, ha precisado el director general de la entidad.

Sin embargo, el aumento de recursos de clientes procedió únicamente del sector privado (un 4,4 por ciento más), ya que los fondos del sector público se redujeron un 28,3 por ciento, si bien éstos sólo representan 168,5 millones de euros del total.

En cuanto al descenso en un 7,9 por ciento de los beneficios antes de impuestos de la entidad (34,9 millones de euros), Rodríguez ha justificado dicha caída por el aumento de la dudosidad -que ha implicado, además de menores ingresos, una reinversión en fondos de insolvencia- y en la "virulenta" competencia entre entidades en la captación de depósitos.

"Me parece que se ha adoptado en algunos casos una actitud poco ética", ha manifestado en este sentido Rodríguez, en alusión a las promociones de grandes entidades que han tratado de captar inversiones "sugiriendo la propia solvencia en detrimento de la de los demás".

El número de socios de la Caja ha aumentado un 2,5 por ciento (hasta un total de 93.821) y el de empleados se ha reducido en dos (836 en total), ha apuntado el director general, que ha precisado que la entidad cuenta con 201 oficinas distribuidas en Granada, Málaga, Almería y Madrid.

Rodríguez ha anunciado la intención de Caja Rural de Granada de abrir dos nuevas oficinas este año en Almería, que actualmente cuenta con otras dos.

En cuanto a la inversión realizada en actuaciones de responsabilidad social, la Caja contó en 2008 con un presupuesto de seis millones de euros.

Además domicilió el año pasado el 70 por ciento de todas las subvenciones recibidas en Granada de la Política Agraria Común.

Respecto a las previsiones para este año, calificado por Rodríguez como "muy complicado", son de un aumento del diez por ciento en la captación de depósitos, así como de la tasa de morosidad, que se estima que se sitúe entre el 4 y el 4,5 por ciento, ha apuntado.

A propósito de la demanda de liquidez a las entidades financieras de la provincia realizada en los últimos días por los representantes de los empresarios granadinos, Rodríguez ha asegurado que la Caja Rural "no ha variado sus criterios para la concesión de créditos".

"Lo que no se le puede pedir a una entidad financiera es que preste dinero en unas condiciones que razonablemente no son aceptables", ha sentenciado.