Granada

Conchita Robles, ASESINADA en el escenario

  • La violencia machista viene de lejos

  • La Granada más liberal lloró la trágica muerte de la actriz almeriense Concha Robles en 1922

  • Fue tiroteada por su marido en pleno escenario

El 25 de noviembre nos recuerda ser el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, recordando el asesinato de las hermanas Mirabal en 1960. Pues les cuento algo ocurrido hace unos 40 años. Era Conchita Robles una admirada actriz para el público de Granada que tantas veces la vio actuar en el Teatro Cervantes. La última función fue en enero de 1922 haciendo el papel de Rosita en la obra de los Álvarez Quintero La Malvaloca. Era Conchita conocida por la gente que la veía a menudo con su marido frecuentando el granadino Café Royal en la céntrica Plaza del Carmen. Concha Robles se había casado con el viudo comandante de caballería Carlos Verdugo con destino en Granada, en el Regimiento de Cazadores Lusitania 12 que tuvo aquí su guarnición hasta 1921. Era este Verdugo hombre violento, celoso, incapaz de asimilar el éxito de su mujer; un típico ejemplar del machismo más fanático. Las escenas de continuas y desagradables discusiones que ambos protagonizaban en el céntrico café granadino eran públicas; él siempre en tono amenazante; ella siempre callada y cabizbaja. Tuvieron a veces que intervenir los camareros y clientes intentado las paces, aunque siempre fueron reprendidos con los violentos exabruptos del maleducado militar. El matrimonio acabó separado.

Pero el obstinado exmarido quiso cumplir su deseo y pistola en mano se presentó en el propio teatro almeriense donde Conchita representaba la obra Santa Isabel de Ceres, una tragedia popular en cinco actos del polémico autor catalán Vidal y Planas, miembro de la CNT y condenado a prisión por asesinato; la obra narra los amores de un pintor con una prostituta. Con este argumento era ya lo que le faltaba al ex-marido de Conchita para colmar su criminal reacción. Casi toda la prensa granadina se hizo eco de la tragedia ocurrida en enero de 1922. Como ocurrió en pleno escenario, fueron cientos los espectadores que pudieron observar en directo la trágica muerte a tiros de la actriz Cocha Robles. El público entusiasmado ante la aparente veracidad de la escena irrumpió en sonados aplausos creyendo que los tiros eran de fogueo y la caída de la actriz ensangrentada una magistral interpretación. La precipitada bajada del telón y los gritos entre bastidores hicieron acallar los aplausos. La tragedia tuvo sus flecos dramáticos: el joven Manuel Aguilar, trabajador del teatro que quiso intervenir para defender a Conchita fue igualmente tiroteado y muerto; y el mismo verdugo intentó quitarse la vida de un tiro en la sien, aunque sólo quedó ciego de un ojo; fue luego condenado a cadena perpetua y deportado nada menos que a las islas Chafarinas. Ignoramos su arrepentimiento, aunque con los antecedentes que presentaba el verdugo, tal vez pensó en aquel repugnante viejo tango argentino "la maté porque era mía".

Conocida la noticia en Granada, la compañía que actuaba en el Teatro Cervantes homenajeó a la actriz con una función especial que puso en escena el melodrama de José Echegaray El gran Galeoto. Al finalizar se depositaron ramos de flores al pie de una foto de Conchita adornada con crespones negros. Varios poetas tributaron su homenaje leyendo poemas y mandando colaboraciones a los periódicos locales. Una de las que más lo sintió fue su amiga, la también almeriense y luchadora defensora de los derechos de la mujer Carmen de Burgos 'La Colombine'. El mismo Martin Scheroff, el que dicen fue maestro de García Lorca, publicó una sentida poesía en una de cuyas estrofas decía: "…Siempre verdugos y víctimas hubo/ y porque al mal le plugo/ tú tuviste tu verdugo/que al fin te llegó a inmolar…". De este crimen machista ya hace tiempo, pero… hay que tener más cuidado, más conciencia, porque pasó ayer y desgraciadamente pasa hoy. Y yo tengo dos preciosas nietas.

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