inmigración | el puerto de motril, una de las principales vías de acceso

La Costa vive la mayor oleada de inmigrantes de toda su historia

  • Hasta agosto entraron por el puerto 2.026 personas de forma ilegal, frente a los 1.927 que lo hicieron durante todo el 2016

  • Cada ocupante paga una media de 4.000 euros por viaje

La llegada de inmigrantes a las costas españolas no ha dejado de crecer hasta convertirse en una estampa casi de rutina. Durante los últimos años, la presencia de pateras en el Mediterráneo ha experimentado un fuerte crecimiento, hasta el punto de que la ruta andaluza podría convertirse en poco tiempo en la segunda vía de acceso marítimo a Europa, por detrás de Italia, según advierten las asociaciones que trabajan a diario con inmigrantes.

Esta situación ha llegado a un punto límite este año, en el que se ha batido un récord de llegada de inmigrantes hasta el mes de septiembre. Mientras que a fecha de septiembre de 2016 fueron interceptados 859, en el mismo periodo de este año la cifra ha ascendido hasta 1.834 en total. La última, hace apenas unas horas. La madrugada del jueves Salvamento Marítimo interceptó una embarcación con cinco personas que fueron rescatadas a seis millas de la costa de Salobreña. Se trata de 5 inmigrantes de origen magrebí, todos adultos según el 112.

Con el objetivo de huir de la miseria, la pobreza o las guerras, dispuestos a labrarse una vida mejor, pero por lo general, engañados por mafias que se dedican al tránsito de inmigrantes, la llegada de pateras en lo que va de año ha alcanzado números de récord y Granada no ha sido una excepción.

Durante los últimos años, la llegada de embarcaciones ilegales a la costa granadina ha ido en aumento. El pico más alto que se recuerda tuvo lugar en el año 2006, periodo en el que se registró la entrada de 1.952 inmigrantes.

En los últimos diez años, la cifra de personas llegadas en patera ha oscilado en torno al millar, salvo dos excepciones. La primera se produjo en el año 2011, en el que se contabilizó la entrada de 1.600 inmigrantes, mientras que la segunda tuvo lugar en 2016.

El pasado año, Granada registró un total de 1.927 inmigrantes, según Cruz Roja, de los que 630 vinieron entre los meses de enero y agosto, cifra que dobló los datos registrados en 2015 por lo que ya suponía un incremento alarmante.

Sin embargo, todos estos números se han visto desbancados por el 2017, pese a que aún quedan cuatro meses para que concluya el año. Tal es así, que adía de hoy en lo que va de año, han llegado al Puerto de Motril un total de 2.026 inmigrantes, lo que supone un incremento del 220% con respecto al mismo periodo del año anterior.

El buen tiempo registrado durante el primer semestre del año o las circunstancias políticas y económicas de los países emisores, son algunos de los factores que se consideran como claves en este repunte de la inmigración.

El pasado año empezó a vislumbrarse un cambio de tendencia en el comportamiento de las rutas migratorias que llegan a Andalucía con personas procedentes del Magreb, sobre todo desde Marruecos, para buscar cobijo y trabajo. Pero lo ocurrido este año ha sorprendido a las asociaciones que trabajan con los inmigrantes, hasta el punto de verse desbordados.

La continua llegada de embarcaciones provocó el colapso de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE). La saturación era tal, que el Gobierno se vio obligado en varias ocasiones a liberar a varios tripulantes de pateras, una vez cumplido el plazo de 72 horas que pueden permanecer retenidos en el centro del Puerto de Motril, ante la imposibilidad de seguir acogiéndolos o de trasladarlos.

Pero el cambio de tendencia radica sobre todo en la forma de traslado de los inmigrantes. El sistema de alerta suele ser el mismo desde hace años: las embarcaciones son avistadas en alta mar; se rescatan sus tripulantes; y son trasladados al puerto donde son atendidos en un primer momento por Cruz Roja.

Lo que sí se ha cambiado es la ocupación y la capacidad de las embarcaciones; si antiguamente se trataba de pequeñas lanchas neumáticas, hoy los trayectos se suelen realizar en grandes balsas donde se hacinan una media de 40 personas. Por lo general, este tipo de transporte es el que más emplean las personas de origen subsahariano para intentar cruzar el Mediterráneo, el cual no solo suele ir completo, sino que en numerosas ocasiones supera su límite de capacidad.

Según las cifras oficiales del Gobierno, hasta principios de septiembre de 2016, fueron interceptadas un total de 28 embarcaciones irregulares, mientras que en el mismo periodo de este año, han sido 57, de las cuales tres fueron motos acuáticas, una nueva forma de cruzar desde la costa africana que parece haberse puesto de moda.

Durante 2016, los meses en los que más embarcaciones ilegales se avistaron fueron septiembre y octubre, por lo que habrá que esperar para conocer si finalmente se vuelve a repetir esta tendencia, que volvería dejar estos dos meses como los más negros del año en cuanto a inmigración.

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