Europa ha presentado su apuesta decidida por la economía circular. El Parlamento aprobó ayer la normativa que obliga a reciclar, al menos, el 55% de los residuos municipales para 2025 y el 65% para 2035. El futuro ecológico suena lejano, pero está muy cerca. El cambio climático y los problemas de polución, tan frecuentes en las urbes y en las zonas industriales, han motivado esta nueva legislación de la UE en un intento de volver al pasado con una estrategia circular en la que el objetivo es cerrar los ciclos y economizar en materias primas. Es decir, algo tan sencillo como que se deseche lo mínimo y se intenten reutilizar todos los residuos anticipando esta cadena con técnicas industriales más complejas capaces de hacer diseños más preventivos y que se puedan volver a usar.

Alargar la vida de los productos, como cuando se reciclaban los cascos de los botellines de cerveza o se utiliza el papel para envolver cualquier cosa. O el simple hecho de coger las piezas que sirvan de productos que se rompen para reinsertarlas dentro del circuito económico.

Europa intentará acabar con los vertederos a través de su nueva política ecológica

La presión se incrementará directamente sobre las comunidades autónomas y las principales capitales, que tendrán que trabajar para cumplir las tasas de reciclaje que marca la UE para las próximas dos décadas. Para ello, se tendrán que atener a las cuatro directivas aprobadas por la Eurocámara y que afectan directamente a la gestión de residuos, los vertederos, el empaquetado, y los vehículos, las baterías y acumuladores y los residuos de equipamiento electrónico. Lo más positivo es que Andalucía y sus capitales están en el buen camino. De hecho, es la región que más recicla de España (4,2 miles de toneladas), por delante de Cataluña (3,5 millones), Madrid (2,3 miles de toneladas) y Canarias (1,2 miles de toneladas), según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Sin embargo, España tiene todavía muchos pasos que dar en este aspecto. Actualmente el nivel nacional de reciclaje está en el 31% (con disparidad entre regiones), por lo que el Gobierno tendrá que verse obligado a implantar medidas dirigidas en el sentido de la economía circular para impulsar una mejora ecológica de cara al primer horizonte que marca la UE en 2025.

La presión de economizar es aún mayor para las ciudades, que en 2030 tendrán que alcanzar un reciclaje del 60% y del 65% en 2035. Además, el 65% de los envases deberán reciclarse en 2025 y el 30% en 70%. Para conseguir la meta, la UE también recoge en su nueva ley que se gravarán las tasas sobre algunos envases como el papel, el cartón, el plástico, el metal, la madera y la lana.

"Es necesario que España adopte restricciones a niveles locales y avance en el reciclaje de envases", asegura la eurodiputada socialista Inés Ayala, quien apunta que para conseguir los objetivos de la UE será vital adoptar medidas de "incentivos y responsabilidad de los industriales para acogerse a la economía circular y exigirles que todos los materiales se tengan en cuenta en el ciclo de la vida".

"Hay que hacer hincapié en la parte económica y socioeconómica que tienen todas estas propuestas, que además van a generar nuevos formatos de negocio", asegura Ayala. En concreto, España y Andalucía tienen una ocasión de renovar las técnicas de los envases agroalimentarios, una de sus principales industrias y una de las que más incidencia tiene en materia de reciclaje.

Por otra, otra de las grandes noticias de esta nueva normativa del Parlamento Europeo es que será el impulso definitivo para poner fin a los vertederos, un problema que afecta a las ciudades andaluzas y a muchos sitios rurales y de Costa donde se improvisan vertederos ilegales cada poco tiempo. De esta manera, la UE ha fijado que cada municipio solo podrá almacenar en vertederos un máximo del 10% de sus residuos en el año 2035.

Además, en el caso de prendas de ropa y materiales peligrosos, Europa será todavía más restrictiva marcando que se recojan por separado en los hogares europeos con un límite hasta 2025. Además, en 2024, los residuos biodegradables deberán recogerse por separado o reciclarse desde casa haciendo compost. Una técnica esta última que ya se está avanzando en muchas poblaciones rurales de la Vega y la Alpujarra granadina, y que la Diputación de Granada está promoviendo a través de una campaña de compostaje comunitario.