Un joven traficante argentino de 32 años que fue pillado con casi 40 gramos de 'coca' encima, Gonzalo I., no pisará la cárcel de Albolote pese a haber sido condenado a 3 años de prisión. El motivo: la Audiencia Provincial de Granada ha accedido a sustituir la pena impuesta por la expulsión del territorio español durante diez años.

Así consta en la sentencia dictada por el tribunal granadino tras enjuiciar al extranjero en la sección Primera del Palacio de la Real Chancillería, donde el joven admitió que portaba la droga con la intención de distribuirla entre terceras personas y aceptó la condena que solicitaba para él el Ministerio Fiscal como autor de un delito contra la salud pública.

Según recoge la resolución, Gonzalo I., que carecía de antecedentes penales, fue sorprendido el 21 de octubre del año pasado cuando transitaba por la calle Ribera del Genil de la capital con la 'coca' encima. La droga tenía una pureza del 84% y estaba valorada en 2.400 euros.

Además de los tres años de cárcel -sustituidos por la expulsión-, la Audiencia Provincial granadina condenó a pagar una multa de 2.500 euros al joven, que ha estado representado en el procedimiento por el letrado Domingo M. Domingo.

La sentencia, que al ser dictada con la conformidad de las partes es firme, establece que en el caso de este traficante argentino "la posesión física de la sustancia preparada para su distribución a terceros es innegable, además no sólo por la cantidad aprehendida que se entiende predestinada al tráfico, sino por la confesión del acusado en el plenario".

Junto a ello, la Audiencia resalta que la naturaleza estupefaciente de la sustancia que poseía el joven quedó acreditada por "los análisis verificados por los técnicos analistas de las dependencias de Sanidad de la Subdelegación del Gobierno en Málaga".

La resolución judicial recuerda los terribles efectos que tiene la cocaína en las personas, enfatizando que es "susceptible de ocasionar graves deterioros físicos y psíquicos en el organismo humano, produciendo efectos generales en el sistema nervioso central, sobre el que ejerce una función difásica, excitante primero y paralizante después, además de los enormes riesgos derivados de los cuadros tóxicos agudos, que pueden llevar hasta la muerte".