Granada

Gimnasia para pensar en positivo

  • El profesor José Luis Bimbela presentó ayer su nuevo libro con ejercicios emocionales para ser felices

Contar hasta diez, pensar en positivo, ser bien pensados, no ser catastrofistas y no generalizar son algunos de los consejos que se han dado tradicionalmente para contener expresiones y actitudes no pensadas y evitar consecuencias a una acción impulsiva. Pero ahora, todo eso tiene base científica y se llama gimnasia emocional, que nos ayuda a ser más felices, lo que influye en la vida laboral, familiar, la salud y las relaciones sociales.

El profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, con sede en Granada, José Luis Bimbela, presentó ayer su nuevo trabajo, Gimnasia emocional. Pasamos a la acción, un libro que ha de leerse "con lápiz y papel" para poder poner en práctica sus lecciones.

Lo primero que se aconseja es "poner en crisis la forma de ver las cosas". Los pensamientos son aprendidos y, por tanto, se pueden cambiar, lo que requiere meditación y esfuerzo. Porque, según el profesor, "es más fácil ser eficaz y más feliz desde los nuevos pensamientos".

Algunos ejemplos aportados en el libro son claros y a todas las personas se les pueden presentar en algún momento de su vida. Una bronca con el jefe o un malentendido con un compañero de trabajo trae a la mente frases tan generalizadas como "que lo haga él", "aquí no se puede hacer nada", "debe pensar que los demás somos tontos" o "vaya concepto tiene de mí". Pensamientos todos que salen de nuestro yo animal y que son impulsivos provocando sensaciones de rabia, frustración, impotencia, cólera, odio, culpabilidad, lo que amarga hasta al más optimista.

Pero esto tiene solución, aunque no fácil. Y ésta es "pensar bien, cada uno con sus valores, creencias y estilo, volver a pensar y conseguir el éxito con el menor coste personal posible. Porque está demostrado que cuando se vuelve a pensar se mejora", matizó Bimbela durante la presentación ayer de su libro, que realizó con una clase práctica para periodistas.

Un segundo esfuerzo lleva a frases como "esto no suele pasar", "es su trabajo", "otras veces estoy muy valorada" o "hablaremos en otro momento y en privado" y, por tanto, a sentimientos como confianza, seguridad, tranquilidad o autoestima.

Así, tras identificar las situaciones que alteran emocionalmente, poner nombre a ese malestar, analizar a fondo los pensamientos y buscar otros más objetivos, se consigue un desarrollo pleno como persona al ejercer todo el poder que corresponde.

La importancia es que "uno, a partir de los cuarenta, tiene la cara que se merece", por lo que es fundamental haber sabido pensar bien y realizar un recableado mental que nos inunde de sentimientos positivos y constructivos.

El libro nace del interés social por trasladar las técnicas emocionales de Bimbela con pacientes terminales y sida a la sociedad en general, inmersa en un estrés diario por el ritmo de vida actual.

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